Durante la madrugada de este miércoles 8 de enero, múltiples incendios forestales masivos se desataron en el área metropolitana de Los Ángeles, dejando escenas de caos y devastación.
Dos personas murieron y hay un “gran número de heridos” según un informe entregado por el jefe de bomberos del condado de Los Ángeles, Anthony Marrone, en una rueda de prensa. Aún no se confirma la causa de muerte.
En el informe, Marrone también habló de más de 1.000 estructuras destruidas en uno de los incendios sin conocer las razones específicas de las llamas, pero afirmando que “hay una investigación en proceso”.
Entretanto, miles de bomberos trabajan sin descanso para combatir al menos cuatro incendios activos: el incendio Palisades, Eaton, Hurst y Tyler, este último en el condado de Riverside.
Los vientos de Santa Ana, que superaron los 129 km/h, alimentaron las llamas y dificultaron las labores de extinción, impidiendo incluso el uso de aeronaves de combate al fuego. Las llamas han destruido viviendas de lujo, colapsado carreteras y causado apagones que afectan hasta a 200.000 personas.
El vecindario de Pacific Palisades, famoso por sus casas multimillonarias y celebridades residentes, fue uno de los más afectados. Las llamas destruyeron casas, negocios y el cañón de Temescal, una popular área de senderismo.
El incendio también cruzó el icónico Sunset Boulevard, causando daños en la escuela secundaria Palisades Charter, escenario de numerosas producciones de Hollywood.
Los expertos atribuyen la creciente frecuencia e intensidad de los incendios forestales en California al cambio climático.
Las temperaturas más altas y la reducción de las precipitaciones han extendido la temporada de incendios, que ahora puede durar todo el año.
Según la Asociación de Jefes de Bomberos del Oeste, las lluvias que normalmente marcan el final de la temporada de incendios se han retrasado, creando condiciones para que los incendios ardan incluso en invierno.
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