El exmandatario y nuevo asambleísta nacional elegido por el Partido Sociedad Patriótica (PSP), Lucio Gutiérrez, está constituyendo su propio grupo político, con la meta de reunir a 19 legisladores para formar la Bancada Ética Política (BEP) en la próxima Asamblea Nacional, que se instalará en noviembre para completar el periodo 2021-2025.
Gutiérrez ha manifestado su intención de brindar apoyo inicial al gobierno de Daniel Noboa Azín, sin imponer condiciones, en asuntos relacionados con la lucha contra la delincuencia, la creación de empleo e incluso en lo que concierne a una posible consulta popular. Tres de los asambleístas de esta bancada en proceso de formación serán los encargados de liderar las negociaciones con otros grupos políticos: Adriana García (anteriormente de Construye-nacional), Lucía Pozo (de Actuemos-Imbabura) y el propio Lucio Gutiérrez (del PSP a nivel nacional).
En las conversaciones, Lucio Gutiérrez ha manifestado que no rechazaría la presidencia o una de las vicepresidencias de la Asamblea si se le propusieran, y estaría dispuesto a respaldar la reanudación del juicio político al actual presidente de la República, Guillermo Lasso.
Podemos confirmar que usted ya es asambleísta nacional?
Sin duda, sí. A pesar de intentos de manipulación con la intención de evitar que llegáramos a la Asamblea, hemos tenido éxito.
¿Quién estaba llevando a cabo la manipulación?
El Consejo Nacional Electoral está siendo influenciado tanto desde Bélgica como desde Guayaquil, lo cual es lamentable. Desde la Asamblea Nacional, tendremos que ejercer labores de fiscalización y trabajar en una reforma para asegurar que los partidos más votados tengan representación en ese organismo.
¿Cuántos legisladores de Sociedad Patriótica han llegado a la Asamblea de transición?
Hemos llegado con tres legisladores: Guido Vargas por Sucumbíos, Roberto Cerda por Napo y yo, Lucio Gutiérrez, como asambleísta nacional. Además, contamos con otros dos asambleístas que son miembros de Sociedad Patriótica, aunque fueron elegidos a través del movimiento Gente Buena. Uno de estos asambleístas es María Fernanda Jiménez, quien es incluso la directora nacional de la mujer de PSP, pero participó con nuestro consentimiento en Gente Buena. También están Jhon Polanco, de Esmeraldas, y Adriana García, legisladora nacional.
La Bancada Ética Política se compone de asambleístas de Sociedad Patriótica, Gente Buena y la alianza Actuemos, además de asambleístas independientes, incluyendo a Jaime Guevara de Pastaza y Amado Chávez de Sucumbíos. Algunos asambleístas más de las provincias de Morona Santiago y Orellana han expresado su interés en unirse a esta bancada, aunque aún no han formalizado su compromiso. La bancada cuenta con tres voceros: Adriana García por la Costa, Lucía Posso por la Sierra y Lucio Gutiérrez por la Amazonía. El enfoque principal de la bancada es actuar con ética y patriotismo en la Asamblea Nacional, respaldando medidas como el combate a la delincuencia y la generación de empleo, además de estar dispuestos a apoyar el juicio político al presidente Guillermo Lasso. Hasta ahora, la bancada cuenta con 16 miembros confirmados.
La Bancada Ética Política brinda un apoyo cívico y patriótico al Gobierno de Daniel Noboa, respaldando iniciativas positivas como la reducción de impuestos y la generación de empleo. Su enfoque es no apoyar aumentos de impuestos que afecten a la población, ni respaldar actos de corrupción o leyes que beneficien a los ricos del país.
En cuanto a su participación en la mesa directiva de la Asamblea, la bancada tiene derecho a un representante en el Consejo de Administración Legislativa, y buscan formar una mayoría para coordinar en proyectos de ley que reduzcan las tasas de interés. No obstante, no descartan ocupar una vicepresidencia o la presidencia de la Asamblea si se les propusiera, siempre y cuando sea en beneficio del país y sin condiciones personales.
La Bancada Ética Política está dispuesta a colaborar y llegar a acuerdos con todos los bloques en la Asamblea, incluyendo a RC, PSC, Construye y ADN. Sin embargo, mantendrán límites éticos en las propuestas que respalden y no cederán ante condicionamientos que vayan en contra de su enfoque en perseguir delitos en lugar de personas.