En una entrevista en España, el presidente comentó que Verónica Abad tiene un profundo aprecio por Israel y un deseo de trabajar por la paz mundial. Por ello, consideró adecuado asignarle un cargo que se alineara con sus preferencias.
El pasado lunes, Abad acusó a Noboa y a su gobierno de acoso, pero afirmó que no renunciará y que permanecerá en su puesto. Esto significa que temporalmente asumiría la Presidencia cuando Noboa deba presentarse a la reelección en las próximas elecciones de 2025.
En cuanto a la duración de este periodo, el presidente de Ecuador mencionó que aún no está determinada y que, cuando llegue el momento, consultará con la Corte Suprema y la Procuraduría de la Nación para tomar una decisión.
Noboa reconoció que la relación con su vicepresidenta es «sumamente complicada», porque «no estoy de acuerdo básicamente en casi nada de su comportamiento en los últimos meses».
«También pienso que irse en contra de su propio gobierno es desleal, no es correcto», consideró el mandatario ecuatoriano.
El distanciamiento entre Noboa y Abad comenzó desde la misma campaña electoral, marcado por una serie de declaraciones de la entonces candidata a vicepresidenta que, aparentemente, no gustaron al empresario, con quien nunca coincidió en encuentro público alguno en toda la campaña de la segunda vuelta.
Una vez electos, Abad realizó una gira internacional a título propio en la que se reunió en Madrid con el presidente de Vox, Santiago Abascal; en Lima con el entonces primer ministro de Perú, Alberto Otárola, y en El Salvador se fotografió con su presidente, Nayib Bukele, durante la celebración del concurso de belleza Miss Universo.