En el contexto de una crisis migratoria sin precedentes, Ecuador se ha convertido en un destino para miles de extranjeros que buscan refugio. Entre enero y septiembre de 2024, más de 11,000 personas de 52 países han solicitado este estatus de protección internacional en el país. Este fenómeno contrasta con la situación de muchos ecuatorianos que abandonan su hogar en busca de mejores oportunidades en el extranjero, especialmente en Estados Unidos.
La mayoría de las solicitudes de refugio provienen de Venezuela y Colombia, que representan el 49% y el 46% de las peticiones, respectivamente. Estas cifras reflejan la grave situación de violencia y persecución que enfrentan los ciudadanos de estos países. Además, otros grupos, como los cubanos y peruanos, también buscan escapar de la pobreza y la inestabilidad en sus naciones.
La Ley de Movilidad Humana de Ecuador establece que se reconoce como refugiados a aquellos que tienen temores fundamentados de persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social u opiniones políticas. Esta legislación permite que personas que han huido de la violencia generalizada o de violaciones masivas de derechos humanos puedan solicitar refugio y permanecer en el país.
Entre los solicitantes de refugio, se observa una notable presencia de mujeres, que constituyen el 50.6% de las peticiones. Estas mujeres provienen de 38 países y son las únicas que han solicitado protección en Ecuador desde naciones como Marruecos y Camboya. Este dato resalta la diversidad de las experiencias migratorias y las diferentes razones que llevan a las personas a buscar asilo.
A medida que Ecuador enfrenta sus propios desafíos migratorios, como el aumento de la violencia y la inseguridad, el país se convierte en un refugio para aquellos que huyen de situaciones desesperadas. La respuesta del gobierno ecuatoriano a estas solicitudes de refugio es crucial, ya que debe garantizar un proceso justo y eficiente para quienes buscan protección en su territorio.
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