Bela Karolyi, el entrenador rumano nacionalizado estadounidense que revolucionó la gimnasia y llevó a figuras como Nadia Comaneci y Mary Lou Retton a la gloria olímpica, murió a los 82 años en Indianápolis.
Su trayectoria estuvo marcada por éxitos históricos, aunque su legado se vio ensombrecido por controversias relacionadas con métodos de entrenamiento extremos y su vinculación al famoso escándalo de Larry Nassar, el médico condenado a más de 150 años de prisión por abusos a gimnastas en Estados Unidos.
Nacido en Rumania en 1942, Bela y su esposa se mudaron a EEUU convencidos de que podían aportar toda la experiencia ganada con el experimento que llevaron a cabo con la preparación de gimnastas desde muy pequeñas.
Los Karolyi se asentaron en el estado de Texas, en un rancho que se transformó en su centro de operaciones. Así fue como una finca de casi 810 hectáreas, con cabañas, dos gimnasios y una vasta gama de animales, decoraban el paisaje que invitaba a las niñas prodigio de la gimnasia estadounidense a cumplir el sueño de llegar a ser la próxima Comaneci.
Desde su llegada a USA Gymnastics, las horas de trabajo para las jóvenes se duplicaron y aplicaron un fuerte rigor físico: la que no podía aguantar las normas impuestas no era digna de pertenecer a la elite. Ese era el mensaje subliminal que desprendían Martha y Bela.
Un ejemplo que refleja la rigurosidad del entrenador fue lo ocurrido en Atlanta 96 con el recordado caso de Kerri Strug, la atleta a la que el entrenador rumano obligó a saltar para que Estados Unidos se consagre con el oro por equipos. “Vamos, vamos, tú puedes hacerlo”, le dijo el hombre de bigotes prominentes a la por entonces gimnasta de 18 años. Una vez que la norteamericana completó el salto, quedó tendida en el suelo por el dolor tras romperse dos ligamentos en uno de sus tobillos.
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