La Municipalidad de Guayaquil envió cuatro camiones cisterna con agua potable a Esmeraldas este jueves 21 de marzo, en respuesta a un derrame de petróleo que ha contaminado las principales fuentes hídricas de la provincia. El derrame, que afecta a varios ríos que abastecen a las comunidades locales, deja a miles de residentes sin acceso a agua potable. El alcalde Aquiles Álvarez anunció la medida de emergencia, enfatizando la solidaridad de la ciudad con los afectados por el desastre ambiental.
Las autoridades de Esmeraldas confirman que el derrame de petróleo se originó por la rotura de un oleoducto, aunque la causa exacta aún se investiga. La contaminación se propaga rápidamente por los cursos de agua, obligando a las plantas de tratamiento de agua a detener sus operaciones para evitar daños mayores. Los residentes de las zonas afectadas reportan un fuerte olor a combustible y capas visibles de petróleo en la superficie del río, lo que genera serias preocupaciones sobre las consecuencias para la salud pública y el medio ambiente.
El equipo de respuesta a emergencias de Guayaquil trabaja en coordinación con las autoridades de Esmeraldas para garantizar que el agua llegue a las comunidades más vulnerables. Los cuatro camiones cisterna, cada uno con miles de litros de agua, forman parte de una iniciativa de ayuda inicial, mientras las autoridades locales evalúan la necesidad de recursos adicionales. Mientras tanto, las agencias nacionales movilizan esfuerzos para contener el derrame y evaluar su impacto a largo plazo en el suministro de agua de la región.
Los residentes de Esmeraldas expresan su creciente frustración por la situación y exigen medidas inmediatas del gobierno y las compañías petroleras responsables del oleoducto. Muchos temen una escasez prolongada, ya que las labores de limpieza podrían durar semanas o incluso meses. Expertos en salud advierten sobre posibles brotes de enfermedades transmitidas por el agua debido a la contaminación, instando a las autoridades a proporcionar fuentes alternativas de agua y asistencia médica a las comunidades afectadas.
A medida que se desarrolla la crisis, tanto los gobiernos locales como el nacional se mantienen en alerta máxima, monitoreando de cerca la situación. La rápida respuesta de Guayaquil resalta la importancia de la cooperación interprovincial en emergencias, mientras que el derrame de petróleo plantea interrogantes urgentes sobre la protección ambiental y la seguridad de la infraestructura en el sector energético ecuatoriano.