Un reciclador es sorprendido destruyendo las vallas metálicas del Parque Centenario en Guayaquil, lo que genera preocupación por el vandalismo y la seguridad urbana. El incidente ocurre a plena luz del día, cuando residentes locales y visitantes del parque observan al individuo utilizando herramientas para desmontar secciones de la valla. Testigos alertan de inmediato a las autoridades municipales, quienes llegan al lugar para intervenir.
El sospechoso, presuntamente intentando extraer y vender el metal como chatarra, fue captado por las cámaras y los ciudadanos. Las autoridades confirman que partes de la valla están gravemente dañadas, lo que debilita el perímetro del parque y expone la zona a un mayor deterioro. El Parque Centenario, uno de los espacios públicos más emblemáticos de la ciudad, ha enfrentado problemas recurrentes de vandalismo y robo de infraestructura en los últimos años.
Representantes municipales expresan su preocupación por la reiterada destrucción de propiedad pública y destacan la necesidad de fortalecer las medidas de vigilancia. Anuncian planes para reforzar la seguridad del parque, incluyendo un aumento de patrullas y la instalación de cámaras de vigilancia. Los líderes comunitarios instan a la ciudadanía a reportar actividades sospechosas para evitar mayores daños a los espacios públicos.
El incidente genera debate entre los residentes sobre las dificultades económicas que impulsan a las personas a cometer estos actos. Mientras algunos exigen sanciones más severas contra el vandalismo, otros señalan el creciente problema del reciclaje informal y la falta de oportunidades económicas como causas subyacentes. Las organizaciones sociales enfatizan la importancia de ofrecer apoyo y alternativas a quienes trabajan en condiciones precarias.
Mientras continúan las investigaciones, las autoridades evalúan la magnitud de los daños y el costo de las reparaciones. El municipio reitera su compromiso con el mantenimiento de los espacios públicos de Guayaquil y solicita una mayor participación ciudadana en la preservación de la infraestructura de la ciudad. Mientras tanto, en horas de la noche, un perro sufrió una descarga eléctrica tras tocar los cables pelados expuestos tras el robo de una luminaria del sector por los famosos «chamberos».