En un importante avance previo a la segunda vuelta presidencial de Ecuador, el excandidato a la presidencia, Andrés Arauz, acusó al presidente en ejercicio, Daniel Noboa, de conspirar con el gerente general de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) y el secretario de Inteligencia. Arauz alega que el reciente viaje de Noboa a Miami, acompañado por estos funcionarios fundamentales a tan solo dos semanas de las elecciones, sugiere un intento de manipulación del proceso electoral. Advierte que tales acciones podrían indicar planes de interferencia extranjera para alterar el resultado de las elecciones.
A pesar de la creciente preocupación, el presidente Noboa no ha dado ninguna explicación sobre el propósito de esta visita ni sobre la participación de estas altas figuras del gobierno. La falta de transparencia ha alimentado las sospechas, y Arauz y sus aliados cuestionan las intenciones del gobierno. La CNT, responsable de supervisar la infraestructura de telecomunicaciones de Ecuador, desempeña un papel estratégico en los sistemas de información del país, lo que hace especialmente destacable la presencia de su gerente en este viaje. Arauz insiste en que la combinación de estos funcionarios que viajan con el presidente apunta a un esfuerzo coordinado para influir en los resultados electorales.
Las acusaciones se han intensificado, ya que Arauz sugiere la posible participación de agencias de inteligencia extranjeras en la orquestación del fraude electoral. Argumenta que Noboa, consciente de sus menguantes posibilidades de reelección, podría estar buscando ayuda externa para mantenerse en el poder. Arauz enfatiza que dicha interferencia podría socavar las instituciones democráticas de Ecuador y exige una mayor vigilancia tanto del público como de los observadores internacionales.
Los analistas políticos señalan que esta controversia agrava un ambiente electoral ya de por sí tenso, con acusaciones de mala conducta que surgen a pocos días de la votación decisiva. Noboa, quien se ha posicionado como un líder reformista y de centroizquierda, enfrenta una creciente presión para aclarar la naturaleza de su viaje a Miami. La oposición sostiene que, si no hay nada que ocultar, el presidente debería revelar abiertamente el propósito de sus reuniones y las funciones de los servidores públicos que lo acompañan. A medida que se profundizan las sospechas, se han intensificado las demandas de supervisión electoral, con la exigencia de que observadores internacionales supervisen de cerca el proceso electoral.
Con el panorama político ecuatoriano en vilo, Arauz insta a la ciudadanía a mantenerse alerta y denuncia lo que describe como un intento desesperado de Noboa por aferrarse al poder. Advierte que cualquier irregularidad en las elecciones debe ser respondida con rapidez para evitar la manipulación del proceso democrático. A medida que se acerca la segunda vuelta, el electorado espera respuestas que podrían determinar la legitimidad de las próximas elecciones y la futura estabilidad del entorno político ecuatoriano.