El miércoles 19 de octubre del 2022 será recordado en la ciudad de Esmeraldas como el día en que media ciudad se paralizó por el terror que las organizaciones criminales quieren imponer. Y es que existieron desde el día anterior amenazas publicadas en redes sociales, en las que se exigía a la ciudadanía despejar las vías del centro de la capital de la provincia verde a partir de las 15H00 para el paso de los cortejos fúnebres de dos hombres que fueron asesinados en lunes y que estarían ligados a bandas criminales que operan en la ciudad, so pena de causar desmanes si esto no se cumplía.
La Policía Nacional y las Fuerzas Armadas realizaron un operativo conjunto de patrullaje y resguardo de diversos sectores de la ciudad y más aún en el casco comercial, así como en el sector aledaño al Cementerio Municipal y al camposanto Jardines de la Paz, en particular la avenida Eloy Alfaro, entre Juan Montalvo y Eugenio Espejo. Los controles generaron ciertas limitaciones en el transporte público, considerando también que las fuerzas del orden procuraban dar seguridad en las calles ante amenazas que sujetos motorizados habrían hecho a dueños de locales.
El temor provocó que varios comercios y lugares cerraran temprano, también que padres retiraran a sus hijos de los centros educativos y, en general, que muchos ciudadanos apresurados corrieran antes de la media tarde, para ponerse a salvo en sus casas y evitar estar en un posible escenario de confrontación entre las caravanas que acompañarían a los difuntos miembros de las bandas que lanzaron las amenazas a través de internet. No fueron pocos, sin embargo, los negocios que se arriesgaron a seguir, la crisis económica era mayor motivo para mantenerse en actividades y el no tener pérdidas. La alcaldesa de Esmeraldas, Lucía Sosa, había dispuesto la reducción de labores para los empleados municipales hasta las 14H00.
La policía y los militares lograron mantener el control de las vías; además, acompañaron a uno de los cortejos fúnebres para garantizar que no se dieran incidentes en caso de cruzarse con el otro, que precisamente pasó minutos después, evitando así que suceda lo que en ocasiones anteriores y que temían los ciudadanos: cruces de balas y represalias.