En el 2021, antes de ser detenido, Leandro Norero supuestamente habló con Andersson Boscán en persona, en un lugar desconocido. En esa época, al difundir el audio, Boscán no reveló su identidad, su voz fue difuminada y nunca se mostró su rostro. En aquel entonces, alias El Patrón ya alertaba de un incremento de la violencia tras la muerte de JL, pues todos los grupos criminales se estaban disputando el territorio y el poder.
“Creen que el que escupe más balas es el que tiene más poder, no es así”, dijo Norero.
No solo eso, Leandro Norero, en esa entrevista, aseguró que existían funcionarios de Gobierno (el presidente era Lenín Moreno), que se habían acercado a los líderes de las bandas para que se encarguen de ‘apretar’ a ciertos políticos presos como Jorge Glas, que se mantenía en la Cárcel de Cotopaxi.
“Dentro del sistema carcelario nunca, ningún PPL iba a extorsionar para sacar provecho de la persona, pero hubo influencias de afuera, querían hacerle daño a Glas”, mencionó Norero.
Poco después el mismo alias Fito y Junior confesaron que, hasta la época de María Paula Romo como ministra de Gobierno, fueron visitados por ella e incluso por comandantes
A nueve días del asesinato de Leandro Norero, en la Cárcel de Cotopaxi, ocurrido el 3 de octubre de 2022, Andersson Boscán, periodista del portal digital La Posta, aseguró que los abogados, del narcotraficante también conocido como alias El Patrón, le habrían enviado un mensaje de su parte, pues temía por su vida.
“Amigo dejo este mensaje para que se lo entregues al periodista, el de la boina”, así habría ordenado Norero que le entreguen el comunicado, supuestamente.
En el mensaje se escribe:
“Si lo estás leyendo es porque me desaparecieron o estoy muerto, el Gobierno por medio de Diego Borja, me buscó para empezar un proceso de paz. Todos quieren la paz menos los Lobos. Hemos conversado y queremos la paz. Han salido dos delegados Madrid y Cuyuyui, para hablar con la gente de afuera, pero Pipo no quiere la paz”.
En aquella época, Diego Ordóñez fungía como Secretario de Seguridad del Gobierno de Guillermo Lasso. Desde esa administración se hablaba de pacificar las cárceles, sobre todo por el número de masacres y las centenas de muertos que estaba dejando la violencia al interior de los centros.