A través de una nota de prensa, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo anunció este sábado, cinco de abril, que rompió relaciones diplomáticas con Ecuador.
La decisión de la administración orteguista se da luego que la noche del viernes, cinco de abril, la Policía ecuatoriana irrumpió la embajada de México, en Quito, para detener a Jorge Glas, exvicepresidente de ese país que había solicitado asilo político al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
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«El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua (…) se pronuncia en absoluto rechazo y condena a la barbarie política neofascista del Gobierno de Ecuador…», señaló la dictadura nicaragüense.
A la vez, afirmó que la acción de Ecuador es una «violación flagrante del Derecho Internacional», ya que afirma que se repite de desde «gobernantes corruptos y serviles a los imperios, que desgraciadamente ocupan posiciones institucionales en ese hermano País».
«Ante la insólita y repudiable acción realizada esta madrugada en Quito, por fuerzas que deberían resguardar el orden y la seguridad de las y los ciudadanos ecuatorianos, así como sus vidas, nuestra contundente, enfática e irrevocable repulsa, que convertimos en nuestra decisión soberana de romper toda relación diplomática con el Gobierno ecuatoriano», afirmó el régimen de Ortega, quien ya robó las instalaciones de la embajada de Taiwán, sin importarle el rechazó internacional
Recordó, además, que el primero de septiembre del 2020, Nicaragua había retirado su embajada en Quito y «con este pronunciamiento formalizamos la ruptura de toda relación diplomática.
Por otra parte, y adulando a su homólogo mexicano, el dictador Daniel Ortega expresó su Solidaridad y acompañamiento, «en cualquier acción legal que de esto se derive, al presidente y Gobierno de México, don Andrés Manuel López Obrador».
Al igual que Nicaragua, Andrés Manuel López Obrador dijo, en su cuenta en la red social X, que, ante «la violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de su país», ordenó a la Cancillería de su país «que de inmediato declare la suspensión de relaciones diplomáticas con el gobierno de Ecuador». Además, calificó la detención de Glas de un «hecho autoritario».