Rusia ha decidido prohibir la entrada a 92 ciudadanos estadounidenses, entre ellos periodistas de importantes medios como The Wall Street Journal, The New York Times y The Washington Post. Según el gobierno ruso, estas personas están vetadas de forma permanente, y la lista incluye también a funcionarios de alto nivel de diversas agencias estadounidenses, como el Departamento de Justicia, el Departamento del Tesoro y la Fuerza Espacial, así como a académicos de prestigiosas universidades como Harvard, Pittsburgh y Virginia.
Dentro de los nombres mencionados, destacan Emma Tucker, editora en jefe del Wall Street Journal, cuyo periodista Evan Gershkovich fue detenido en Rusia durante 15 meses antes de ser liberado en un intercambio de prisioneros, y Nathan Hodge, un editor de CNN que anteriormente fue jefe de la oficina de Moscú del WSJ. Las autoridades rusas argumentaron que estas prohibiciones son una reacción a las políticas rusófobas adoptadas por la administración de Biden, cuyo objetivo es, según ellos, “infligir una derrota estratégica a Moscú”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso justificó la inclusión de periodistas en la lista, alegando que estos profesionales han participado en la creación y difusión de información falsa sobre Rusia y su ejército, además de apoyar lo que consideran una guerra híbrida impulsada por Washington. El ministerio advirtió que esta lista podría ampliarse en el futuro, como respuesta a lo que describen como un “frenesí de sanciones” por parte de Estados Unidos contra figuras rusas, incluyendo políticos, empresarios y periodistas.
Finalmente, en un comunicado emitido por el Wall Street Journal, se condenó la medida de Rusia, calificándola como un ataque directo a la libertad de prensa y a la verdad. El periódico señaló que ya no cuentan con corresponsales en el interior de Rusia, subrayando la gravedad de la situación para el periodismo internacional en el país.