El expresidente de Bolivia, Evo Morales, ha lanzado un ultimátum al presidente Luis Arce, exigiendo cambios inmediatos en su gabinete si desea continuar en el cargo. Morales, durante una marcha en La Paz, criticó duramente al gobierno, acusándolo de traición, corrupción y mala gestión, y lo responsabilizó por la escasez de dólares y combustible. Esta manifestación, que duró siete días y recorrió 190 kilómetros, culminó con una advertencia contundente: Arce tiene 24 horas para reemplazar a ministros corruptos y resolver la crisis de combustible.
La relación entre Morales y Arce, una vez aliados cercanos, se ha deteriorado gravemente en los últimos años. Arce, quien fue ministro de Economía bajo el mandato de Morales, ahora se enfrenta a su mentor en la lucha por la candidatura presidencial del Movimiento al Socialismo (MAS) de cara a las elecciones de 2025. Los seguidores de Morales han amenazado con bloqueos de carreteras si el Tribunal Supremo Electoral no reconoce su candidatura, lo que intensifica aún más las tensiones dentro del partido oficialista.
El presidente Arce respondió a Morales a través de un mensaje televisado, afirmando que no caerá en la provocación de iniciar una guerra civil, a pesar de los recientes enfrentamientos entre manifestantes de ambos bandos, que dejaron 34 heridos. A medida que las protestas se intensifican, se vislumbra un panorama político cada vez más conflictivo en Bolivia, con Morales encabezando las mayores manifestaciones contra el gobierno que él mismo ayudó a elegir.