En políticamente correcto, Fabián Calero, María Fernanda León y Gabriel Salazar analizaron el impacto de los apagones. El nuevo viceministro de Electricidad adelantó además que ya no se contempla la llegada de nuevas barcazas de generación eléctrica.
La crisis en Ecuador se mide en megavatios. Este fin de semana fue intenso para el Gobierno de Daniel Noboa en materia energética. Con el aumento del déficit eléctrico, los apagones se extendieron hasta 10 horas diarias, afectando tanto a la industria como a los ciudadanos. La situación provocó la renuncia del ministro de Energía, Antonio Goncalves, reemplazado por Inés Manzano, quien ha emitido varios videos informativos en redes sociales para aclarar la verdadera situación energética de las centrales del país.
Sin embargo, a pesar de que el Gobierno planea implementar medidas emergentes a partir de diciembre, varios factores, incluido un informe de emergencia de CELEC, indican que la crisis eléctrica podría extenderse, incluso, hasta el primer cuatrimestre de 2025.
Durante el programa POLÍTICAMENTE CORRECTO, Fabián Calero, exgerente subrogante de CELEC-EP y actual viceministro de Electricidad, aseguró que entre noviembre y diciembre estarán listos 838 megavatios adicionales para enfrentar el déficit de energía.
En conjunto, el Gobierno ha prometido incorporar un máximo de 1.431 megavatios adicionales hasta abril de 2025. No obstante, según datos de la CENACE, el déficit eléctrico que actualmente es de 1.680 megavatios será mayor en 2025, debido al incremento de la demanda de 500 megavatios cada año.
Frente a este panorama, Gabriel Salazar, ingeniero eléctrico y catedrático de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), anticipa que será muy difícil eliminar los apagones en el último trimestre de 2024, sobre todo por la crítica situación hídrica de los embalses de Mazar y Paute.
«El objetivo del Gobierno es evitar apagones para diciembre, pero será extremadamente difícil. Lo más probable es que solo se logre reducir las interrupciones de 10 horas a dos», explicó Salazar.
Según el ingeniero, Ecuador sufre un déficit del 30% en su capacidad eléctrica. En promedio, el país consume 90 gigavatios/hora, pero le faltan 27 gigavatios/hora para satisfacer la demanda total. Para reducir el impacto, Salazar sugiere incrementar la producción de energía térmica, aunque sea contaminante, hasta que los niveles de agua en las hidroeléctricas se estabilicen.
«Sabemos que no va a llover en diciembre, y posiblemente tampoco en las primeras semanas de enero de 2025. No nos queda más que depender de la energía térmica, es decir, generadores por combustible», enfatizó.
Por su parte, frente a un rumor de que la hidroeléctrica en Mazar dejó de funcionar el pasado 10 de octubre, la ministra encargada Inés Manzano difundió un video en redes sociales donde aclaraba que la central seguía encendida. El viceministro Calero también aseguró que la hidroeléctrica no se apagaría, a pesar de que su nivel está solo tres metros por encima del mínimo requerido para funcionar.
Pese a ello, María Fernanda León, dirigente empresarial, tampoco cree que los apagones terminarán en diciembre y estima que las pérdidas económicas serán mayo.
«Calculamos que la industria pierde $12 millones por hora sin luz. Si los cortes continúan durante 10 horas en los últimos meses del año, el impacto será más grave», afirmó León. Ante esto, la empresaria pidió al Gobierno que se emita un plan de contingencia para que el sector empresarial pueda minimizar el impacto de los apagones.
Por su parte, el viceministro Calero reiteró que el monitoreo de la crisis eléctrica es diario y que las decisiones del Gobierno se tomarán cada semana. «No hay otra opción. Todos los días tratamos de aportar la mayor energía posible a los ecuatorianos, por eso las decisiones varían», explicó.
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