Es preocupante el incremento de fallecimientos debido a la violencia armada que sigue afectando de manera severa las vidas de niños, niñas y adolescentes en Ecuador.
Este es el caso de Javier, un bebé de apenas 11 meses de edad, el cual se encontraba en el vehículo de su padre cuando fue atacado por sicarios en Manabí. Sucedió el jueves 13 de febrero de 2025 a las 11h20 de la mañana.
Apenas unas horas más tarde, pasadas las 15h30, Mía Aldana, de 3 años, se encontraba tendida en el suelo, en una calle de Huaquillas, en El Oro. La niña estaba acompañada por su padrastro y su madre cuando fueron asesinados a tiros en el cantón fronterizo.
La fotografía del cuerpo de Mía Aldana se propagó rápidamente en las plataformas sociales. En ambos casos, la Policía Nacional emitió un comunicado en la noche, señalando que «se esfuerza de forma exhaustiva para esclarecer las acciones violentas». Además, se establecieron operaciones en las áreas para identificar a los responsables.
Javier y Mía son los últimos niños víctimas de homicidios desde el 2025. De acuerdo con datos oficiales obtenidos por Ecuavisa.com, se registran al menos 61 menores de 0 a 18 años que fueron asesinados hasta el 14 de febrero. De acuerdo con la Policía, el 90% son jóvenes. En otras palabras, entre las víctimas se encontraban nueve niños.
Otro caso registrado, es el de un niño de dos años que falleció el domingo 12 de enero en Babahoyo, el mismo que se encontraba junto a su padre fuera de una casa cuando sicarios acabaron con su vida.
Renato Rivera, experto en seguridad, manifestó que varios niños han fallecido como víctimas secundarias de ataques en masa, que han cobrado relevancia desde el año 2024. Además, en situaciones específicas, los adultos asesinados se encontraban en vehículos con sus familias y los niños han sido impactados con algún proyectil, tal como sucedió en Manabí. Rivera precisó que la falta de experiencia de los sicarios influye en la muerte de niños. Además, lamentó la «escasa resolución de casos», dijo.
«Ahora en su mayoría (los sicarios) son chicos que no tienen experiencia. Lo grave es que tienes una tasa tan baja de resolución de casos de asesinatos, que no sacan un patrón desde las investigaciones policiales», Renato Rivera¨
En relación a este asunto, el sociólogo Javier Gutiérrez indicó que durante años, los delincuentes mantenían un código para no atentar contra los menores. Sin embargo, actualmente el país se encuentra en una fase diferente y los criminales han eliminado cualquier tipo de «principio» o «código».