Los aranceles anunciados por el presidente Donald Trump contra México, Canadá y China entraron en vigor el 4 de marzo de 2025, lo que provocó reacciones inmediatas por parte de los tres países.
Estados Unidos impuso gravámenes del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá, y elevó al 20% los aranceles a los productos chinos que ingresan al país, lo que genera la posibilidad de una confrontación comercial a gran escala.
En respuesta, China anunció la imposición de aranceles del 10% y el 15% a una variedad de productos agrícolas estadounidenses, incluyendo pollo, trigo, maíz, soja, carne de cerdo, carne de res, productos acuáticos, frutas y lácteos. El Ministerio de Finanzas chino justificó esta medida argumentando que los aranceles estadounidenses «dañan el sistema de comercio multilateral, aumentan la carga sobre las empresas y los consumidores estadounidenses y socavan la base de la cooperación económica y comercial entre China y Estados Unidos». Los nuevos aranceles chinos entrarán en vigor el 10 de marzo.
Además, el Ministerio de Comercio chino anunció que agregará a algunas empresas estadounidenses a su lista de control de exportaciones, creará una lista de entidades poco confiables y presentará una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Las autoridades chinas consideran que la justificación de Estados Unidos en relación con el fentanilo es un «pretexto», argumentando que China tiene «una de las políticas antidrogas más estrictas y rigurosamente aplicadas del mundo» y que ambos países han cooperado en este ámbito con «resultados destacados». Un portavoz del Ministerio de Comercio chino describió la acción de Washington como «un típico acto de unilateralismo y acoso que falta al respeto a los hechos, a las reglas del comercio internacional y a las voces de todas las partes».
China ya había respondido a una primera ronda de aranceles del 10% imponiendo gravámenes de entre el 10% y el 15% a ciertos productos estadounidenses. También impuso nuevos controles a las exportaciones de minerales clave y abrió una investigación contra la empresa tecnológica Google.
Durante su primera presidencia (2017-2021), Trump mantuvo una tensa relación comercial con China, imponiendo aranceles por valor de 370.000 millones de dólares anuales, a lo que China respondió con aranceles similares sobre las exportaciones estadounidenses.