En una polémica declaración pública que rápidamente desató el debate nacional, el alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, desató una ola de duras acusaciones contra los asambleístas de ADN Ferdinan Álvarez, Lucía Jaramillo, y el exministro del Deporte Andrés Guschmer, calificándolos de «banda de vagos».
Los comentarios, compartidos a través de su cuenta verificada en X, acusan al trío de falta de integridad y profesionalismo, calificándolos de algunos de los «peores perfiles» reciclados del Partido Social Cristiano, Lista 6.
El alcalde intensificó su retórica al referirse a ellos con términos como «un niño pequeño», «un blanqueador de dinero» y «un traidor». Además, alegó que uno de ellos es el padre de un delincuente que actualmente está siendo investigado formalmente por la Fiscalía por vender documentos a contratistas ficticios involucrados en obras públicas municipales. Insiste en que el hijo del acusado «debería estar en la cárcel».
La explosiva publicación provocó reacciones inmediatas de analistas políticos, periodistas y ciudadanos, muchos de los cuales criticaron al alcalde por recurrir a ataques personales y socavar la dignidad del discurso público. Los partidarios del alcalde defienden su derecho a hablar con franqueza, argumentando que está exponiendo la corrupción y exigiendo responsabilidades a las personas. Sin embargo, aumentan las peticiones de aclaración o retractación oficial.
A medida que crece la reacción, ninguna de las tres personas mencionadas ha emitido aún respuestas públicas. Mientras tanto, la ciudad observa de cerca cómo aumenta la tensión entre los líderes municipales de Guayaquil y los miembros de los medios de comunicación y la sociedad civil.