Hoy, 16 de abril de 2025, Ecuador conmemora nueve años del devastador terremoto de magnitud 7,8 que azotó su costa del Pacífico. La provincia de Manabí fue la más afectada por la destrucción. El terremoto, con epicentro cerca de Muisne y Pedernales, cobró 676 vidas, hirió a más de 27.000 personas y desplazó a aproximadamente 80.000 residentes. Ciudades como Manta, Portoviejo y Pedernales sufrieron daños catastróficos, con barrios enteros reducidos a escombros e infraestructura crítica gravemente comprometida.
En Portoviejo, capital de Manabí, sobrevivientes y familiares de las víctimas se reúnen para honrar la memoria de los fallecidos. Las ceremonias incluyen momentos de silencio, vigilias con velas y la inauguración de un muro conmemorativo con los nombres de los fallecidos. Las autoridades locales enfatizan la importancia de la memoria y la resiliencia, destacando los esfuerzos de la comunidad en la reconstrucción y la sanación durante los últimos nueve años.
Las secuelas del terremoto provocaron una respuesta nacional e internacional masiva. El gobierno ecuatoriano estimó los costos de reconstrucción en $3.3 mil millones, enfocándose en la restauración de viviendas, escuelas e instalaciones de salud. La ayuda y las alianzas internacionales desempeñaron un papel importante en el proceso de recuperación, con organizaciones que apoyaron las labores de reconstrucción y brindaron apoyo a las familias afectadas.
A pesar de los avances significativos, persisten los desafíos. Algunas comunidades siguen lidiando con infraestructuras inadecuadas y acceso limitado a servicios esenciales. Continúan los esfuerzos para mejorar la preparación y la resiliencia ante desastres, con iniciativas dirigidas a fortalecer los códigos de construcción, optimizar los sistemas de alerta temprana y educar al público sobre las medidas de respuesta a emergencias.
Mientras Ecuador reflexiona sobre la tragedia ocurrida hace nueve años, la nación reafirma su compromiso de construir un futuro más seguro y resiliente. La memoria colectiva del terremoto de 2016 sirve como recordatorio de la importancia de la unidad, la preparación y la perseverancia del pueblo ecuatoriano. Sin embargo, en los Gobiernos de Moreno, Lasso, y Noboa, no se han dado respuestas eficientes ante la reconstrucción total de infraestructura y servicios de los lugares afectados.