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Docentes y padres de familia mantienen aulas junto a conserjes

by Ecuador En Directo

En Ecuador, al acercarse el año académico 2025, padres y docentes se ven obligados a tomar las riendas para garantizar el funcionamiento de las escuelas. Más de 2000 instituciones educativas públicas en todo el país requieren intervención urgente debido al deterioro de sus condiciones, lo que pone de manifiesto una crisis cada vez más profunda en el sistema educativo. La falta de servicios básicos como personal de mantenimiento, materiales de limpieza y reparación de aulas obliga a las familias a utilizar sus propios recursos limitados para mantener las escuelas en funcionamiento.

En la Unidad Educativa Pública Juan Montalvo N.° 2, ubicada en el cantón de Pedro Carbo, provincia del Guayas, la situación es particularmente grave. Johanna, cuyo nombre se mantiene en reserva por motivos de privacidad, comparte que la escuela donde estudian sus dos hijos no cuenta con conserje. Ante esta situación, las madres han organizado turnos de limpieza para el mantenimiento de las aulas, barriendo y fregando los pisos ellas mismas para garantizar un entorno de aprendizaje seguro. En años anteriores, los padres incluso pagaban el salario de un conserje de su propio bolsillo, una carga que muchos ya no pueden afrontar.

Este caso refleja una tendencia más amplia observada a nivel nacional, donde la responsabilidad del mantenimiento básico de las escuelas recae cada vez más en familias que ya enfrentan dificultades económicas. Los docentes también suelen contribuir comprando materiales y reparando instalaciones sin apoyo gubernamental. Esta presión amenaza con agravar las desigualdades educativas, ya que no todas las comunidades cuentan con los recursos o la capacidad para compensar la ausencia del Estado.

Las autoridades reconocen que más de 2000 escuelas necesitan obras urgentes, pero el progreso sigue siendo lento debido a presupuestos limitados y retrasos burocráticos. Mientras tanto, padres y educadores expresan su frustración, enfatizando que los niños merecen espacios de aprendizaje seguros, limpios y dignos. Muchos advierten que la calidad de la educación seguirá deteriorándose si el gobierno no actúa con rapidez y decisión.

A medida que se acerca el primer día de clases, familias como la de Johanna perseveran, impulsadas por la esperanza y un profundo compromiso con el futuro de sus hijos. Sin embargo, la creciente dependencia de los sacrificios personales subraya una falla sistémica que exige atención inmediata y sostenida por parte de las autoridades nacionales y locales.

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