Ecuador experimenta un preocupante aumento de enfermedades infecciosas hasta abril de 2025, según datos del Ministerio de Salud Pública. Enfermedades como la varicela, tuberculosis, neumonía y dengue presentan cifras alarmantes, con brotes que se concentran principalmente en provincias como Guayas, Pichincha y Manabí. La varicela, por ejemplo, muestra un incremento del 16,75% respecto al año anterior, con 2.021 casos reportados en lo que va del año, frente a los 1.731 registrados en el mismo período de 2024.
En cuanto a la tuberculosis, se reportan 2.154 casos, lo que representa un aumento del 30,20% en comparación con 2024. Esta enfermedad, considerada altamente contagiosa y aún no erradicada, afecta mayoritariamente a Guayas, seguida por Los Ríos, Pichincha y Esmeraldas. Además, ha causado 63 muertes en lo que va de 2025, lo que genera alerta entre las autoridades sanitarias debido a su impacto en zonas vulnerables.
Por otro lado, la neumonía destaca como la enfermedad con mayor número de contagios, con 53.979 casos confirmados hasta abril, lo que representa un aumento del 42,9% respecto a 2024. Pichincha concentra el 38,4% de los casos nacionales, y los niños de entre 1 y 4 años constituyen el grupo más afectado. Esta enfermedad, provocada por bacterias, virus u hongos, agrava la situación sanitaria por su capacidad de complicación en poblaciones vulnerables.
El dengue continúa siendo una amenaza, aunque con una leve disminución en comparación con el año anterior. Hasta abril de 2025, se reportan 18.486 casos, con una mayor concentración en las provincias costeras como Guayas y Manabí, y un total de 28 muertes. A pesar de la reducción de contagios, la enfermedad sigue activa y requiere atención constante para evitar una nueva propagación masiva.
Finalmente, la aparición de brotes de tosferina añade presión al sistema de salud. Aunque los casos no superan los 1.000, se impone el uso obligatorio de mascarillas en ciertas provincias. Esta situación provoca escasez y especulación de precios, especialmente porque la enfermedad afecta a menores de cinco años. Los expertos advierten que la combinación de estas enfermedades en un contexto de pobreza, hacinamiento y acceso desigual a salud pública podría desencadenar una emergencia sanitaria si no se refuerzan las campañas de vacunación y prevención.