En vísperas de la segunda vuelta electoral programada para este domingo 19 de octubre, Bolivia se prepara para decidir si gira hacia la centroizquierda de Rodrigo Paz o hacia la centroderecha de Tuto Quiroga. Las elecciones alcanzan un hito histórico para el país, ya que ninguna de las dos principales fuerzas políticas obtuvo mayoría en la primera ronda del 17 de agosto, lo que obligó a un balotaje entre el senador Rodrigo Paz Pereira y el ex-presidente conservador Jorge “Tuto” Quiroga.
Tras casi dos décadas de dominio del partido de izquierda Movimiento al Socialismo (MAS) liderado por Evo Morales, la elección representa más que un cambio de Gobierno, pues simboliza una ruptura con un largo ciclo político. En la primera ronda, el MAS obtuvo porcentajes mínimos, mientras que Paz y Quiroga captaron un descontento generalizado frente a la crisis económica del país, caracterizada por inflación elevada, escasez de combustibles y caída de reservas.
Rodrigo Paz, considerado un candidato más “centrista” y moderado, se presentó con la promesa de descentralizar el presupuesto nacional, fomentar la iniciativa privada y modernizar el Estado, sin renunciar a programas sociales. Su candidatura emergió como sorpresa tras quedar por debajo del 10% en tempranas encuestas y luego alcanzar el primer lugar en la primera vuelta con aproximadamente 32% de los votos.
Por su parte, Jorge “Tuto” Quiroga encarna una opción más marcada a la derecha, con un discurso que reclama reformas profundas, como austeridad, privatización parcial, reducción del tamaño del Estado y apertura económica. Quiroga insiste en que Bolivia no puede prolongar el rumbo actual y que se requiere un cambio “dramático” para reactivar la economía y estabilizar la moneda.
La elección de este domingo llevará consigo importantes implicaciones económicas y geopolíticas, ya que el nuevo Gobierno deberá decidir cómo gestionar los vastos recursos de litio del país, la política de subsidios energéticos y la relación con potencias extranjeras. Observadores internacionales advierten que Bolivia se encuentra en un momento importante, donde el resultado determinará su alineamiento global y su modelo de desarrollo.
Mientras tanto, la campaña final se desarrolló en un ambiente cargado de polarización y ansiedad ciudadana. Tanto Paz como Quiroga han llamado al diálogo, pero sus agendas reflejan visiones muy distintas del futuro nacional. Con las urnas abiertas este domingo, los bolivianos están a punto de elegir no solo un presidente, sino una nueva dirección posible para su país.
Desde Ecuador y el resto de América Latina, se observa con atención lo que ocurra en La Paz, ya que el cambio en Bolivia podría generar efectos en cadena en la región. Las crisis económica y de legitimidad que enfrentaba el MAS ahora ponen en juego no solo un Gobierno, sino un modelo.
