La era de la minería a gran escala inició en Ecuador con Mirador. El impacto ambiental es inminente, según expertos, pero se debe buscar minimizarlo.
Esta semana, Ecuador fue noticia a escala global en el mundo minero, al iniciar la producción de concentrado de cobre del proyecto Mirador, ubicado en la parroquia Tundayme (El Pangui), de la provincia de Zamora Chinchipe.
La primera producción de cobre, a cargo de la empresa EcuaCorriente S. A. (ECSA), constituida en el país con capitales chinos, fue comparada con la extracción del primer barril de petróleo, en 1972, durante el gobierno de Guillermo Rodríguez Lara.
Ecuador busca convertirse en una súper potencia minera, publicó la prensa especializada. El ministro de Recursos Naturales No Renovables, Carlos Pérez, manifestó que la industria minera representará el 4 % del Producto Interno Bruto (PIB) de Ecuador en 2021.
A pesar de las promesas de prosperidad y desarrollo, la preocupación en materia ambiental persiste en varios sectores del país. Ese ha sido uno de los principales factores para las solicitudes de consulta popular en algunas poblaciones con el objetivo de frenar los proyectos mineros a gran escala.
¿Puede haber minería de bajo impacto ambiental? Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de la consultora Plusmining, en Chile, una de las naciones con más desarrollo minero del planeta, aseguró a EXPRESO, vía telefónica, que el reto para Ecuador ahora es lograr que la minería que se lleva a cabo esté acorde con los estándares internacionales y desarrollada con responsabilidad por todas las partes: las compañías y el Estado, a través del control eficaz de la actividad minera.
La concesión del proyecto Mirador, que opera bajo la modalidad de cielo abierto en la cordillera del Cóndor, causó resistencia de poblaciones aledañas, ante el temor de daño ambiental. ECSA aseguró a EXPRESO que su plan ambiental cuenta de nueve puntos.
El más importante, según la firma, es la hidrosiembra para la revegetación de zonas intervenidas. Esta técnica, sostiene ECSA, ayuda a la estabilidad física de taludes u obras complementarias para la mina y reduce los procesos erosivos hídricos y eólicos.
Guajardo asegura que la minería tiene un impacto ambiental y secuelas, al igual que toda actividad económica. La meta es reducir la huella con las mejores prácticas posibles.
Los Molinos
Primera zona de molinos de la planta del proyecto Mirador. En este proceso se busca moler rocas e ir filtrando y tamizando los materiales a través de pozos de agua. El objetivo es conseguir el concentrado de cobre: un polvo muy fino que se exportará a China para su refinación para obtener cobre puro. En la planta se espera procesar un estimado inicial de 10.000 toneladas diarias de roca procedente de la mina. La meta es llegar a 60.000 toneladas.
Pozos de agua
El agua es uno de los elementos claves a la hora de producir concentrado de cobre. La combinación con los molinos de rocas produce la materia prima. Las reservas de Mirador fueron estimadas en casi 3,2 millones de toneladas de concentrado de cobre. Con una inversión de $ 1.348 millones, EcuaCorriente producirá unas 1.200 toneladas de concentrado de cobre al día. De esa cantidad se podrá obtener 3,6 toneladas de metal puro.
Automatización
El proceso de la planta de procesamiento de la mina es automatizado. Todo es controlado por grandes monitores que vigilan y dan seguimiento a la actividad durante todo el día. En la empresa trabajan 2.400 personas: el 82 %, ecuatorianos; el resto, chinos. La planta de beneficio, donde se procesa el material pétreo, consta de dos líneas de producción, cada una con capacidad para ejecutar independientemente los procesos de molienda y flotación.
Los procesos para tratar el agua
Según Acción Ecológica, uno de los principales impactos identificados por la población local desde el inicio de las actividades mineras es, sin duda, la contaminación del agua de los ríos, que aparece en los relatos de prácticamente todas las familias entrevistadas por la organización. La organización Acción Ecológica tiene preocupación respecto al agua. La empresa, según AcciónEcológica, ha variado el curso de ríos como el Tundayme para facilitar el tránsito de las volquetas, originando importantes modificaciones en la fisionomía de la zona.
Según lo planificado por ECSA, las aguas residuales domésticas que se generan en los campamentos Mirador y contratistas, son tratadas en sistemas especializados, en los que se recolectan las aguas residuales que posteriormente son aireadas y desinfectadas, antes de su descarga. Para incrementar el rendimiento de estos sistemas se utilizan productos tales como bacterias y antiespumantes que son de origen biológico y sirven para reducir la cantidad de bacterias contaminantes y de espuma generada con el uso de detergentes. Semanalmente se realizan análisis fisicoquímicos y microbiológicos de las descargas, con un laboratorio acreditado.
La mina estará a cargo de ECSA hasta 2049. Se prevén ingresos para el fisco de $ 7.635 millones durante ese período, por conceptos de regalías, impuestos, entre otros rubros.
FUENTE: EXPRESO