Los moradores de poblados cercanos al río Piedra Fina tales como San Luis, El Reventador, Lumbaquí y otros que se encuentran al límite provincial entre Napo y Sucumbíos, decidieron construir su propia carretera después de que las autoridades cerraran un tramo de la vía Quito-Lago Agrio, luego del colapso de la calzada provocado por la erosión regresiva del río Coca, el pasado 8 de diciembre.
A causa de una lenta respuesta de parte de las autoridades, la sociedad civil decidió organizarse y construyó un acceso vial de más de un kilómetro, este con un valor superior a USD 90 000. Para llevar a cabo esto decenas de moradores recogieron recursos, hicieron mingas, además de contratar maquinaria para tener conectividad, contó Rosa Alulema, moradora de la zona.
“Nadie se puso en nuestros zapatos, nos quedamos bloqueados sin carretera. Nosotros nos vimos obligados a hacer esta obra. Las autoridades nos dijeron que no se puede hacer, pero no podíamos quedarnos así, aquí está nuestro proyecto de vida”, relató Alulema. La mujer, que además es propietaria de la Hostería El Reventador, dijo que con este trabajo le ayudaron al Estado.
El hecho de que no tuvieran conectividad afectaba a decenas de familias de forma económica, puesto que en su mayoría los pobladores de la zona se dedican a la agricultura, ganadería y turismo.
Actualmente, personal de Petroecuador, del Cuerpo de Ingenieros del Ejército y de compañías contratistas que trabajan en la zona también transitan por la improvisada vía, pero el acceso vial está habilitado para habitantes del sector y emergencias.
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