Para el lojano, el café es más que un producto, es un patrimonio. Un cultivo que hace 200 años no estaba presente en el territorio ha sido capaz de transformar el espacio físico y cultural, con un gran impacto económico y social, tanto en áreas rurales como urbanas. Las condiciones ambientales unidas a la evolución en la producción han convertido al café lojano en el gran referente de la caficultura nacional, presente en las mejores cafeterías de especialidad a lo largo del mundo.
Según cuenta la leyenda, la historia del café inicia hace más de mil años en un recóndito lugar entre las escarpadas montañas de la actual Etiopía. La curiosidad llevó a un pastor a probar aquel fruto que provocaba un comportamiento un tanto extraño en su rebaño. Tras varios intentos fallidos para obtener una bebida agradable, decide echar las semillas al fuego y, justo en ese preciso momento, atraído por ese olor tan característico que emanaba de las llamas, decidió combinar las semillas tostadas con agua. Es así como en un lugar remoto, la curiosidad y la casualidad se unieron para proporcionar a la humanidad un producto que, siglos más tarde, conquistaría todos los continentes.
Loja, café de calidad con denominación de origen
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