La extrema pobreza, el tipo de alimentos y la escasez influyen en la mala nutrición de los ecuatorianos.
Los habitantes de Morona Santiago, Napo, Chimborazo, Cotopaxi, Pastaza, Bolívar y Esmeraldas comparten la dificultad de acceso a alimentos saludables y los altos índices de desnutrición infantil. Otros factores que tienen en común son los altos porcentajes de pobreza y pobreza extrema, que influyen en su seguridad alimentaria. Muchos se acuestan sin probar un bocado en todo el día.
En Tungurahua, Chimborazo y Cotopaxi los niños son los que se encuentran en peor situación, pues esas son las provincias con las cifras más altas de desnutrición crónica infantil. Mientras tanto, en Esmeraldas son familias completas las que sufren por la pobreza extrema, la más alta en la región Costa.
Acceso alimentos y pandemia
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) realizó un estudio en el que se detalla que a raíz de la pandemia por COVID-19 se ha incrementado el número de ecuatorianos que tiene dificultades para acceder a una alimentación nutritiva.
Actualmente, según FAO, el 36,8% de ecuatorianos (cerca de 7 millones) tiene alguna dificultad para conseguir alimentos nutritivos. De ese universo, 2,3 millones padecen inseguridad alimentaria severa. Esto quiere decir que pasan más de un día sin comer.
Mientras que 4,3 millones enfrentan inseguridad alimentaria moderada, es decir que no pueden adquirir variedad de alimentos, por la falta de dinero.