El enfrentamiento ocurrió en el marco de un operativo planificado por el Bloque de Seguridad, una fuerza especial conformada por miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.
El objetivo del operativo era desarticular a una de las principales bandas delictivas en la provincia de Manabí, conocida como los Gatos Secos, quienes han sido señalados por su participación en actividades criminales como extorsión, tráfico de drogas y robo en la región.
Jaime Rosado, alias Quevedo, era identificado como el líder de este grupo y su captura o neutralización se había convertido en una prioridad para las fuerzas del orden.
Durante la madrugada del 25 de agosto, los uniformados irrumpieron en la zona de El Zapallal, pero fueron recibidos con disparos. Tras el intercambio de fuego, Rosado fue abatido en el lugar.
Dos soldados resultaron heridos durante el enfrentamiento, pero su estado de salud es estable y están bajo atención médica.