El embalse Mazar, ubicado en Azuay, enfrenta una alarmante disminución de su nivel de agua, perdiendo aproximadamente un metro diario. Actualmente, se encuentra a solo 17 metros de alcanzar su nivel crítico, lo que intensifica la crisis eléctrica que atraviesa Ecuador. En septiembre, el nivel esperado debería ser de 2.153 metros sobre el nivel del mar, pero ha caído a 2.131 metros, lo que incrementa el riesgo de cortes de luz en el país.
Desde agosto de 2024, el embalse ha estado experimentando una caída constante en su nivel de agua. Según expertos, esta situación es preocupante, ya que el país necesita 1.080 megavatios adicionales para satisfacer la demanda eléctrica, que oscila entre 4.000 y 4.500 megavatios. Aunque la contratación de una barcaza turca para generación eléctrica ha sido un intento de mitigar la crisis, solo aportará 100 megavatios, lo que representa apenas el 10% del déficit necesario.
La situación se vuelve más crítica a medida que el embalse Mazar se aproxima a su nivel mínimo de operación, que es de 2.115 metros sobre el nivel del mar. Si la tendencia de disminución continúa, se estima que el embalse podría alcanzar este nivel en aproximadamente 17 días. Esto no solo afectaría la generación de electricidad, sino que también podría causar daños significativos a las turbinas debido a la entrada de sedimentos.
Además, el ingreso de agua al embalse ha alcanzado niveles históricamente bajos, con un registro de 15,4 metros cúbicos por segundo el 8 de septiembre de 2024. Este caudal es inferior al promedio mínimo diario registrado entre 1983 y 2011, lo que agrava aún más la situación. La falta de lluvias en el sur del país, donde se ubica el embalse, ha contribuido a esta crisis, ya que no ha llovido durante 59 días.
Con la llegada del período de mayor demanda energética entre octubre y diciembre, la situación del embalse Mazar es crítica. La caída del nivel de agua no solo pone en riesgo la operación de la central hidroeléctrica Mazar, sino que también afecta a las centrales adyacentes, como Paute-Molino y Sopladora, que dependen del agua de Mazar para su funcionamiento. La combinación de estos factores sugiere que Ecuador podría enfrentar nuevos cortes de luz programados si no se toman medidas urgentes para abordar la crisis.
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