Debido al anuncio de quitar la luz más horas en el sector industrial, los trabajadores no logran laborar tranquilos.
Andrea ha trabajado durante cinco años en una empresa de lácteos. Afirma que le encanta su trabajo, pero que también depende de él para mantener a sus dos pequeños hijos, Camila y Andrés.
Confiesa que en los últimos meses ha notado un impacto en su salud mental a causa de los apagones, aunque reconoce que esta situación se ha intensificado en la última semana.
¿La razón?, el anuncio del gobierno de Noboa de posiblemente incrementar las horas de cortes de luz en el sector industrial. Tras esto, los rumores de despidos se dispararon.
«No soy solo yo, todos quienes trabajamos en el área de producción estamos con miedo, porque escuchamos que la empresa podría tomar acciones drásticas, o sea, despedir gente«, cuenta.
Añade que, consultó con su jefe directo, quien le comentó que desde la directiva aún no se ha tomado una decisión oficial. Esa respuesta le dejó con mayor incertidumbre.
Lo mismo le sucede a Juan, quien dice que «por ninguna razón puede perder su empleo».
En su empresa, una textil, ya reunieron a él y a sus compañeros para informarles que «podrían haber despidos», aunque también les comunicaron que tendrían vacaciones obligatorias mientras se resuelve el problema de los apagones.
Tanto él como Andrea se mantienen preocupados, pero atentos a las posibles medidas que puedan tomar tanto el Gobierno como los propietarios de las empresas en las que trabajan.
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