Las hidroeléctricas Mazar, Paute Molino y Sopladora, que forman parte del Complejo Hidroeléctrico Paute, atraviesan por una situación crítica debido a la disminución significativa de los niveles de agua en sus embalses, consecuencia del estiaje que afecta la región. El embalse de Mazar, uno de los principales, se encuentra a tan solo un metro y medio de llegar a su nivel mínimo, lo que pone en riesgo la operatividad de estas plantas. La baja disponibilidad de agua ha obligado a las autoridades a aumentar los racionamientos de energía, que pasaron de ser de 6 horas diarias a 12 horas, para poder manejar la escasez y evitar un colapso del sistema eléctrico.
La situación en el sector energético se complica debido a la falta de infraestructura adecuada y la inversión necesaria para mitigar los efectos de fenómenos climáticos como el estiaje. La sobrecarga en las plantas hidroeléctricas podría generar daños a las turbinas y sistemas operativos, lo que afectaría aún más la producción de energía y aumentaría los riesgos de apagones. El gobierno y autoridades energéticas han alertada sobre los posibles daños a largo plazo si no se toman medidas preventivas urgentes.
Este déficit en el suministro de energía es preocupante no solo para la población, sino también para los sectores productivos que dependen de un flujo constante de electricidad. Las empresas y los ciudadanos se enfrentan a cortes prolongados que afectan sus actividades diarias, y la incertidumbre sobre la capacidad del sistema eléctrico de abastecer la demanda sigue creciendo. A pesar de que las autoridades han señalado que se están realizando esfuerzos para manejar la situación, la falta de recursos y planificación a largo plazo es una de las principales críticas.
La crisis energética en Ecuador subraya la necesidad de replantear el modelo de generación de energía, con un enfoque en la diversificación de fuentes y fortalecimiento de la infraestructura existente. Las hidroeléctricas, que representan una parte significativa de la matriz energética del país, han sido vulnerables a los efectos del cambio climático y la variabilidad hídrica.
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