El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ordenó el cierre de Save the Children International y otras 14 organizaciones no gubernamentales, en una nueva ofensiva contra la sociedad civil organizada.
La medida fue anunciada a través de un decreto emitido el miércoles 08 de enero, en medio de una creciente represión contra grupos religiosos y de derechos humanos.
El Ministerio del Interior de Nicaragua afirmó que Save the Children International, con sede en el Reino Unido y que opera en más de 100 países, solicitó su propia disolución, junto con otras organizaciones.
El gobierno de Ortega ya había clausurado las actividades de Save the Children en agosto de 2024, mismo año en el que expulsó a tres obispos, incluido el jefe de la conferencia episcopal de Nicaragua.
Desde 2018, el gobierno de Ortega ha cerrado más de 5.000 ONGs en una arremetida contra la disidencia, luego de las protestas antigubernamentales que se registraron ese año y en las que murieron más de 300 personas.
Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, han perseguido a las ONGs y a la Iglesia católica por lo que consideran su apoyo a las protestas, que el mandatario atribuyó a un intento de golpe respaldado por Estados Unidos.
En los últimos años, el mandatario también ha tomado control de todas las ramas del gobierno al igual que medidas enérgicas contra cualquiera que considere una amenaza para su gobierno.
Alrededor de 450 políticos, empresarios, periodistas, intelectuales, activistas de derechos humanos y figuras religiosas han sido expulsados de Nicaragua y despojados de su nacionalidad desde febrero de 2023, acusados de traición.
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