Un deslizamiento de tierra y piedras registrado la tarde del pasado jueves, 13 de marzo, mantiene incomunicadas a las ciudades de Popayán y Pasto, bloqueando completamente el paso en el sector de Cano Bajo, km 41, en la vía Panamericana, una de las principales arterias que comunican al suroccidente colombiano con el Ecuador por el puente internacional de Rumichaca.
Según las autoridades del departamento fronterizo (provincia) de Nariño, frente a Carchi, se trata de un evento devastador que no permite la circulación para las exportaciones e importaciones, ni el paso de alimentos, mercaderías y combustibles desde el interior del vecino país a las ciudades de Pasto, Ipiales, Tumaco, Tulcán y más de 100 municipios.
La caída de rocas provocó un ruido aterrador, dijo Jairo Rosero, habitante de una de las zonas donde se producen los derrumbes, producto de la fuerte ola invernal y la vulnerabilidad de la infraestructura vial en ese sector. El transporte de pasajeros por tierra está suspendido; los cupos aéreos hacia varios destinos desde ambas ciudades (Ipiales y Pasto) están agotados.
Labriegos de Cano Bajo señalan que los desprendimientos de la montaña rompieron la mesa de la carretera, partiéndola en dos, obstruyendo el paso de vehículos entre los departamentos (provincias) de Cauca y Nariño, frente a Ecuador.
Las autoridades colombianas advierten con no utilizar este eje vial y sugieren a los turistas y viajeros ecuatorianos por ahora no ingresar más allá de Nariño para evitar contratiempos y quedarse atrapados en esa jurisdicción fronteriza. Las terminales de transporte en Popayán, Pasto e Ipiales han suspendido el despacho de buses, acatando la recomendación oficial de evitar esta ruta peligrosa.
Existirían además cierres totales en sectores críticos, como La Ensillada (km 45) y Chapungo (km 66), en la Panamericana. Maquinaria pesada está dispuesta en varios tramos de la carretera, donde hay vías taponadas y rotas.
Las autoridades de Nariño informaron que varios trabajadores de la concesionaria vial están en la zona afectada con equipo pesado para retirar la gran cantidad de rocas y restablecer el paso en el menor tiempo posible.
La Gobernación trabaja en la limpieza de las arterias afectadas y quebradas desbordadas que están bajo su responsabilidad. En el municipio de San Pablo, las autoridades inspeccionan las zonas afectadas por el desbordamiento de las quebradas Las Brisas y Bateros, que han socavado viviendas e infraestructura vial en seis barrios.
Los deslizamientos que mantienen obstruida esta importante calzada no permiten el paso de los tanqueros con combustibles desde las refinerías del interior de Colombia hacia las ciudades de Pasto e Ipiales. En esas urbes fronterizas se puso en marcha un decreto que restringe la venta de combustibles a base de cupos, que regirá hasta cuando sea rehabilitada la Panamericana.
Nicolás Toro, alcalde de Pasto, indicó que entre tres y cuatro días demorará todavía la habilitación de la vía Pasto-Popayán. Hay preocupación en Tulcán ante los posibles efectos o estragos que podría provocar una carestía en ambas ciudades y municipios colombianos vecinos, mientras dura la emergencia, entre los que se cuentan largas filas en los surtidores de combustibles y la reactivación temporal del contrabando de gasolina y diésel ecuatorianos hacia Colombia.
El jefe seccional de Tránsito y Transporte de Nariño, Fabio Enrique Sierra, dijo que la situación es grave. Confirmó que el material que ha caído sobre la vía se calcula en 5.000 metros cúbicos aproximadamente, entre piedras, tierra, vegetales y más.