El reparto del agua en tanqueros en Esmeraldas, para suplir la suspensión del servicio, no ha alcanzado para todos. Hay hogares que hasta ahora no reciben nada.
Mientras las labores de remediación de los ríos continúan, sin fecha precisa de culminación, cientos de miles de personas de los cantones Esmeraldas, Atacames y Río Verde, se han quedado sin servicio de agua potable desde el viernes 13 de marzo, pues la Empresa Pública Mancomunada de Agua Potable y Saneamiento Esmeraldas (Epmapse) capta agua del río Esmeraldas.
La mancha negra sobre el verdor de la montaña es perceptible desde la carretera, en la parroquia de Cube, provincia de Esmeraldas. En ese punto, ocurrió la rotura del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), el pasado 13 de marzo, ocasionando un derrame petrolero que contaminó el ecosistema de la zona, incluidos los ríos Viche, Caple y Esmeraldas.
Las autoridades de Gobierno han señalado que coordinan las acciones entre las distintas entidades para garantizar el suministro de agua segura para la población, incluso con barcos de Guayaquil y Manta que proveen a los tanqueros.
Sin embargo, los tanqueros que, según funcionarios de la Epmapse, comenzaron a repartir agua el sábado 15 de marzo, han sido insuficientes. A las 13:00 horas, del 18 de marzo, hogares de la parroquia San Mateo y La Victoria llevaban cuatro días sin agua; a las puertas de sus casas, casi a orilla de la carretera, exhibían sus canecas y envases plásticos con la esperanza de que el próximo tanquero se parara.
En la parroquia La Victoria, esa tarde, algunos hogares, como el de Soledad Cabezas, corrieron con suerte, pues al fin, luego de cuatro días de espera, un tanquero se paró frente a sus casas para llenar sus recipientes de agua. Mientras otros, seguían viendo a los tanqueros pasar.
La ciudadana María Ballesteros, menciona «dicen que van a mandar el agua, pero no llega», otro habitante indica, «vivo en La Victoria, vía Quinindé. Estamos esperando el agua varios días. En los cinco días después del derrame solo dieron una vez, el viernes 13 de marzo. Otra vez pasaron los tanqueros, pero no me dieron agua a mí, sino a otros vecinos que viven más lejos. No tenemos agua ni para bañarnos».
Nadie nos dice nada y ni cuándo vendrá el agua. Por la radio escuchamos que ya van a mandar el agua, pero nada nos llega. Me toca estar pendiente, siempre en la puerta para ver si pasa algún tanquero. Tenemos los bidones vacíos.
Gracias a Dios llovió un poco y eso nos sirvió para cocinar, lavar los platos, para el baño. Vivimos dos personas, yo y mi esposo. Para tomar, compramos unas botellitas de agua.
José Luis Proaño: «Llevamos una semana sin agua». Estamos ya cinco días sin agua, yo vivo con mi esposa y mis tres hijos.. Para cocinar hemos comprado unas botellas de agua y hemos ido a lavar la ropa en el estero, pero esa agua es contaminada y no se puede usar para consumo.
