En un importante revés para Donald Trump, el Senado estadounidense votó 51-48 a favor de derogar los aranceles impuestos por el expresidente a las importaciones canadienses. La medida, presentada por el senador demócrata Tim Kaine, recibió un apoyo inesperado de cuatro senadores republicanos, lo que indica una creciente resistencia dentro del propio partido de Trump a sus políticas comerciales. Tras el Senado, de mayoría republicana, desafiando la postura económica del expresidente condenado, el proyecto de ley pasa ahora a la Cámara de Representantes para su posterior aprobación.
Los aranceles, que Trump implementó durante sus turbulentos últimos meses en el cargo antes de que sus problemas legales se intensificaran, habían tensado gravemente las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Canadá. Las industrias que dependen de los productos canadienses, en particular la agricultura, la automoción y la fabricación de acero, sufrieron un aumento de costos y la interrupción de las cadenas de suministro. El gobierno de Biden había presionado para su eliminación, argumentando que tenían motivaciones políticas y eran económicamente perjudiciales, pero los legisladores republicanos se habían resistido en gran medida hasta ahora.
El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, quien previamente había defendido las políticas económicas de Trump, guarda silencio tras la votación, mientras que los leales a Trump denuncian la decisión como una traición. «Esto es una rendición ante Canadá y los intereses globalistas», afirma el senador J.D. Vance, un aliado destacado de Trump. Sin embargo, los moderados dentro del Partido Republicano, incluidos los cuatro senadores que votaron a favor de la derogación de los aranceles, argumentan que mantenerlos solo perjudicaría a las empresas estadounidenses y debilitaría la fortaleza económica de Norteamérica.
El primer ministro canadiense, Mark Carney, celebra la decisión del Senado, calificándola de «una corrección largamente esperada» a un conflicto comercial innecesario. Los mercados canadienses reaccionan positivamente a la noticia, y la Bolsa de Valores de Toronto registra un fuerte repunte en los sectores afectados por los aranceles. Sin embargo, persiste la incertidumbre, ya que el proyecto de ley se enfrenta ahora a una votación en la Cámara de Representantes, donde los partidarios más radicales de Trump podrían intentar frenarlo o modificarlo.
Se espera que la Casa Blanca intensifique sus esfuerzos de cabildeo para asegurar su aprobación. Mientras Estados Unidos lidia con las consecuencias de las políticas comerciales de Trump, la decisión del Senado marca un momento oportuno en el cambiante panorama político de Washington. El resultado no solo debilita el control de Trump sobre el Partido Republicano, sino que también señala un rechazo más amplio a su agenda económica proteccionista. Con la votación de la Cámara de Representantes a la vuelta de la esquina, el mundo observa atentamente si Estados Unidos revertirá por completo una de las decisiones comerciales más controvertidas de la era Trump.