Alausí, un cantón de la provincia de Chimborazo, permanece aislado debido al deterioro de sus carreteras, situación agravada por la falta de mantenimiento y las secuelas de desastres naturales. El deslizamiento de tierra de 2023, que cobró al menos 75 vidas y dejó nueve desaparecidos, dañó gravemente la infraestructura, incluyendo un tramo de la Carretera Panamericana. A pesar del tiempo transcurrido, el gobierno aún no ha implementado un plan integral de prevención de desastres, lo que deja a los residentes vulnerables a peligros recurrentes.
El cierre de la carretera Guamote-Alausí en el sector Casual, iniciado en marzo de 2023 debido a deslizamientos y hundimientos, continúa vigente indefinidamente. Esto ha obligado a los viajeros a recurrir a rutas alternativas, como el corredor Zhud-La Troncal-El Triunfo, que son más largas y menos confiables. La conectividad comprometida no solo ha dificultado los desplazamientos diarios, sino que también ha incrementado los costos del transporte, impactando las economías locales y el acceso a servicios esenciales.
En respuesta a los desafíos de infraestructura, la Municipalidad de Alausí ha iniciado esfuerzos para rehabilitar carreteras críticas, incluyendo la carretera Surupata-Tres Naranjos, con el objetivo de restablecer las conexiones con la carretera estatal E487. Sin embargo, estos esfuerzos se ven limitados por la escasez de recursos y la ausencia de un apoyo estatal sustancial, lo que obliga a las autoridades locales a buscar asistencia de organizaciones internacionales y ONG.
El cierre de la oficina local del Servicio de Rentas Internas (SRI) ha complicado aún más la situación de los residentes, quienes ahora deben viajar a Riobamba para cumplir con sus obligaciones tributarias. El viaje, antes transitable, se ha vuelto arduo debido a las carreteras dañadas, que a menudo requieren medio día para completarse. Además, los viajeros se enfrentan a un peaje no autorizado en una ruta improvisada que atraviesa tierras comunales, lo que aumenta su carga.
A pesar de los riesgos evidentes y la resiliencia de la comunidad, la respuesta del gobierno central ha sido insuficiente. La falta de un plan estratégico para la prevención de desastres y la rehabilitación de infraestructura ha dejado a los residentes de Alausí afrontando estos desafíos prácticamente solos. A medida que la región continúa lidiando con las consecuencias de la negligencia y los desastres naturales, la necesidad de una intervención integral y oportuna se vuelve cada vez más urgente.