Home NacionalesEcuador Plan Fénix incrementó muertes violentas y puso al país como el menos seguro

Plan Fénix incrementó muertes violentas y puso al país como el menos seguro

by Ecuador En Directo

El llamado “Plan Fénix” del Gobierno del presidente Daniel Noboa, lanzado originalmente para combatir el crimen organizado, ha provocado un aumento drástico de la violencia en el país. Ecuador registró más de 7.497 asesinatos en 2023, lo que representa una tasa de homicidios de más de 40 por cada 100.000 habitantes, convirtiéndolo en el país más violento de América Latina. ​

La implementación del Plan Fénix provocó disturbios masivos en las cárceles, durante los cuales fueron secuestrados 178 guardias penitenciarios y personal administrativo. Bandas criminales como Los Choneros, Los Lobos y Los Tiguerones aprovecharon la situación para expandir su poder y propagar una ola de violencia por todo el país. Esta escalada obligó al gobierno a declarar un conflicto armado interno contra organizaciones terroristas criminales transnacionales el 9 de enero de 2024.

En ciudades como Guayaquil, especialmente en el distrito de Nueva Prosperina, la tasa de homicidios alcanzó un alarmante nivel de 114 por cada 100 mil habitantes. La población vive con el temor constante de la violencia, que se manifiesta en forma de asesinatos, secuestros, saqueos y coches bomba. Las redes sociales están inundadas de informes sobre la creciente violencia mientras el gobierno lucha por recuperar el control. ​

A pesar de los esfuerzos del gobierno por estabilizar la situación mediante la construcción de megacárceles y la deportación de presos extranjeros, la violencia sigue en su nivel más alto. Los expertos advierten que sin reformas sociales y económicas integrales, la violencia seguirá aumentando. La población exige urgentemente medidas efectivas para restablecer la seguridad en el país. ​

El 18 de abril de 2025, Ecuador continúa enfrentando una de las crisis de seguridad más graves de su historia. Los efectos del Plan Fénix han colocado al país en un estado de excepción en el que la población vive diariamente con la amenaza de la violencia. La comunidad internacional observa con preocupación los acontecimientos, mientras el gobierno ecuatoriano está bajo presión para encontrar soluciones efectivas.

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