Las provincias ecuatorianas de Tungurahua y Bolívar se vieron afectadas por un intenso fenómeno meteorológico, con fuertes nevadas y granizadas que perturbaron la vida cotidiana, y alertaron a las comunidades locales. Los habitantes de las parroquias del altiplano despertaron con un inesperado manto blanco que cubría caminos, cultivos y tejados, mientras las temperaturas descendían drásticamente durante la noche. La repentina acumulación de granizo y nieve tomó a muchos por sorpresa, especialmente en zonas no acostumbradas a condiciones tan extremas.
En Tungurahua, las zonas cercanas al límite con Chimborazo, incluyendo los cantones de de Quero, Tisaleo, Píllaro, y Mocha, reportaron impactos llamativos. Las carreteras se volvieron resbaladizas y parcialmente bloqueadas, lo que complicó el transporte y obligó al cierre temporal de escuelas. Los productores agrícolas expresaron su preocupación por la posible pérdida de cultivos como papa, frijol y maíz, vulnerables a los daños por heladas. Los servicios de emergencia comenzaron las evaluaciones temprano en la mañana, mientras las cuadrillas municipales trabajaban para despejar las carreteras y brindar apoyo a los residentes afectados.
Mientras tanto, en Bolívar, los habitantes de los cantones de Guaranda y Echeandía presencian escenas similares. Granizos del tamaño de canicas causan daños en techos y vehículos, mientras que la nieve se acumula en zonas rurales, impidiendo el acceso a algunas comunidades. Las autoridades activan planes de contingencia y se coordinan con las juntas parroquiales para distribuir suministros de emergencia y monitorear los niveles de los ríos, anticipando posibles efectos secundarios como inundaciones o deslizamientos de tierra en los próximos días.
El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) confirma que el fenómeno es el resultado de una masa de aire frío que se desplaza por los Andes, combinada con una alta humedad atmosférica. Los expertos explican que estas condiciones son poco comunes, pero no inéditas, durante las temporadas de transición. Sin embargo, la intensidad y duración de las nevadas sorprenden a muchos y motivan el llamado a una mejor preparación y sistemas de alerta temprana, especialmente en las regiones montañosas vulnerables.
A pesar de la ausencia de heridos reportados, el evento pone de manifiesto la creciente imprevisibilidad del clima en Ecuador. Las autoridades locales instan a la ciudadanía a mantenerse alerta, seguir los boletines oficiales y evitar desplazamientos innecesarios en las zonas afectadas. Ambas provincias se centran en proteger los cultivos, la infraestructura y el bienestar de la comunidad en medio de una temporada que ahora promete más inestabilidad de lo habitual.