Este 30 de abril de 2025, la juez boliviana Lilian Moreno, anuló la orden de arresto contra el expresidente Evo Morales, emitida en octubre de 2024. La orden de arresto estaba relacionada con cargos de trata de personas que involucraban a una niña de 15 años, con quien Morales supuestamente tuvo una hija en 2016. El fallo judicial se produce después de que la defensa de Morales argumentara que el proceso presenta irregularidades y motivaciones políticas.
Morales, que gobernó Bolivia entre 2006 y 2019, ha enfrentado varios cargos legales desde que dejó el poder. En enero de 2025, se declara en rebeldía por no presentarse a una audiencia cautelar, por lo que se le emite una orden de arresto y se le congelan sus bienes. El expresidente asegura que las demandas son parte de una persecución política orquestada por el actual gobierno de Luis Arce, su ex aliado y ahora rival político.
En diciembre de 2023, el Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia anula la reelección presidencial indefinida, inhabilitando a Morales para postularse a las elecciones de 2025. La decisión se basa en una opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que considera que la reelección indefinida no es un derecho humano. Como resultado, Morales, que ya ha gobernado durante tres mandatos, no puede volver a presentarse como candidato.
Pese a las descalificaciones y procesos judiciales, Morales mantiene apoyo en regiones como el Chapare, donde se refugia al amparo de sus seguidores. Denuncia un supuesto plan del gobierno para detenerlo y enviarlo al extranjero, con el objetivo de impedir su participación política. Morales dice que seguirá luchando junto al pueblo boliviano y planea postularse a un cargo como partido independiente, desafiando los fallos judiciales.
La anulación de la orden de captura representa una victoria para Morales en medio de un escenario político polarizado en Bolivia. La disputa entre Morales y Arce por el control del partido Movimiento al Socialismo (MAS) y el liderazgo político del país se intensifica a medida que se acercan las elecciones de 2025. Los observadores internacionales han expresado su preocupación por la estabilidad democrática de Bolivia ante las persistentes tensiones políticas y judiciales.