Ecuador inicia su noveno día de movilizaciones con múltiples bloqueos en carreteras de importancia estratégica. Desde la madrugada, el ECU 911 ha registrado cierres en más de diez carreteras, especialmente en Imbabura, Azuay, Cañar, Cotopaxi y Pichincha, donde grupos de manifestantes han levantado barricadas con piedras, troncos y neumáticos quemados. Las comunidades indígenas y las organizaciones sociales mantienen la presión para defender sus demandas, desafiando las operaciones de contención de las fuerzas estatales.
En la provincia de Imbabura, el acceso a Otavalo e Ibarra es el foco de mayor tensión. Las carreteras Ibarra-Zuleta-Cayambe, Antonio Ante-Otavalo y Otavalo-Cotacachi permanecen cerradas, mientras cientos de personas marchan hacia el centro de Ibarra. La principal demanda que resuena en las calles es la liberación de los doce detenidos en Otavalo, así como justicia por el caso de Efraín Fuerez, cuyo asesinato ha provocado una gran indignación pública.
En el sur del país, Cuenca y Cañar enfrentan severos bloqueos viales. La carretera Cuenca-Molleturo-El Empalme, en el kilómetro 63, fue reabierta parcialmente tras operativos militares que retiraron piedras y escombros, pero persisten nuevos bloqueos en Honorato Vásquez, Coyotor y Yaculoma.
Las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Infraestructura y Transporte anunciaron la reapertura de ciertos tramos en el Azuay, destacando el trabajo conjunto con la Policía y la Comisión de Tránsito. Sin embargo, los residentes de Molleturo y zonas aledañas denuncian que la fuerte presencia militar y el uso de maquinaria pesada han aumentado la tensión local. En algunas zonas, los manifestantes están volviendo a instalar bloqueos viales minutos después de las operaciones de limpieza.
En la capital, Quito, el tráfico en las entradas norte y sur es intermitente, con retrasos causados por bloqueos temporales y movilizaciones que buscan visibilidad frente a la Asamblea Nacional. Una protesta matutina congregó a decenas de ciudadanos en solidaridad con los detenidos de Otavalo, lo que refuerza el carácter político de las manifestaciones, que se extienden más allá de las fronteras provinciales.
Por parte del Gobierno, el presidente Daniel Noboa mantiene su discurso de restablecer el orden y garantizar la movilidad, apoyándose en mensajes oficiales en redes sociales. Sin embargo, los líderes indígenas, a través de la Conaie, reafirman que no suspenderán las medidas hasta que se cumplan sus demandas centrales: la derogación del Decreto 126, la liberación inmediata de los detenidos y el reconocimiento de la legitimidad de la lucha social.