La provincia de Esmeraldas vivió una jornada de terror este sábado 25 de octubre, cuando una serie de ataques armados dejó cuatro personas muertas y un herido en distintos cantones, entre ellos Atacames, Muisne y la capital provincial. Los hechos, ocurridos en menos de 12 horas, estremecieron a una población ya golpeada por la violencia criminal.
El primer ataque se registró alrededor de las 15H00, en la vía Esmeraldas–Atacames. Un taxi fue interceptado por desconocidos que abrieron fuego contra sus ocupantes. El conductor, identificado como Leonardo V., de 30 años, murió en el acto, mientras que su pasajero resultó gravemente herido y fue trasladado a un hospital cercano.
Horas más tarde, en la parroquia San José de Chamanga, dos hombres armados ingresaron a un local de billar y dispararon contra Jorge G., de 35 años, quien falleció mientras era llevado a un centro de salud. Los atacantes, que usaban cascos y se movilizaban en motocicleta, huyeron sin dejar rastro.
Al caer la noche, en el sector rural de Tonsupa, fueron hallados los cuerpos de dos adolescentes de 15 y 17 años con signos de tortura y heridas de bala. El hallazgo conmocionó a la comunidad, que denunció el incremento de grupos armados en la zona y la falta de patrullajes policiales.
Los habitantes de los distintos cantones relataron haber pasado la noche entre el miedo y la incertidumbre. Algunos comercios cerraron temprano, las escuelas suspendieron actividades y las rutas de transporte público fueron modificadas ante el temor de nuevos ataques.
La Policía confirmó que los crímenes estaban bajo investigación conjunta y que no se descartaba una posible conexión entre los hechos, vinculados a disputas de bandas dedicadas al microtráfico y la extorsión. Sin embargo, hasta el cierre de la jornada no hubo detenidos.
La ola de violencia se produjo apenas días después de que el Gobierno anunciara una inversión millonaria para impulsar proyectos productivos en Esmeraldas. La noticia, que debía simbolizar esperanza, quedó opacada por la sangre derramada.
