Cuando Adam Haar Horowitz subió al escenario en una conferencia vestido como una flor de loto, el público enarcó las cejas.
Luego, cuando comenzó a golpear las computadoras y hacer ruidos de gong, la audiencia quedó boquiabierta.
Estaba representando un sueño que había tenido recientemente para ilustrar cómo nuestras fantasías nocturnas pueden influir en nuestras vidas de vigilia y cómo la tecnología puede ayudarnos a acceder a ellas.
Es un tema que a Horowitz le interesa profundamente.
«Los sueños son un espacio tan extraño, turbio e inaccesible, y en ellos hay tanta poesía, metáfora y analogía», le dijo a la BBC cuando lo visitó en el Laboratorio de Medios del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
Fuente BBC News Mundo