En el norte de Guayaquil fue encontrada una lechuza con las patas cercenadas. El ave fue auxiliado por la Policía Nacional y llevada a la organización Proyecto Sacha, con la intención de salvarla, pero no fue posible por la gravedad de las lesiones. Los médicos aplicaron eutanasia.
Entonces la fundación Rescate Animal Ecuador y el programa de conservación Japu al inicio dijeron que darían $ 200 de recompensa, luego ofrecieron $ 500 y ahora indicaron que serían $ 800, para quien dé información y prueba real sobre el ataque a la lechuza. «Cada día más personas se están uniendo con esta campaña de dar con el culpable de amputar las garras a la lechuza», aseguró Mónica Cabrera, miembro de Rescate Animal
El personal de la Unidad de Protección al Medio Ambiente de la Policía recibió una llamada que informó que en Florida Norte había una lechuza que le habían cortado sus garras, lo que la dejó imposibilidad para cazar y alimentarse. El hecho se dio a conocer el pasado jueves 29 de julio