En lo que va de este mes el humo de los incendios naturales se han dejado ver desde muy lejos en los paisajes de amortiguamiento del Parque Nacional Cajas en la capital de Azuay.
La semana anterior en Cancán en la parroquia Chaucha, la cotidianidad de los habitantes se vio afectada por los estragos causados en un incendio forestal, además de todo lo que esto conlleva para los implicados en solucionar estos casos.
Esta es una de las siete zonas vulnerables y recurrentes a los incendios forestales en Cuenca. Cinco están en las parroquias Molleturo, Chaucha y Sayausí, zona de amortiguamiento del PNC.
Además, Cancán, Soldados, Bellavista, Chacanseo y Pavaurco son territorios de pajonales y remanentes de bosque andino, ubicados en las partes altas. Desde allí nacen las cuencas hídricas que abastecen de agua a todo el cantón. Albergan una gran diversidad de flora y fauna, con algunas especies endémicas.
Estos territorios están ubicados a más de 3 000 metros de altitud, donde el viento sopla fuerte. Ese clima adverso es agotador, cuenta un bombero que el miércoles 24 de agosto trabajó varias horas en Cancán. “Las llamas y el humo cobran altura y nuestros esfuerzos se diluyen frente a esa magnitud” .
La fragilidad de estos territorios se debe a que son de propiedad privada en primer lugar y su exposición al movimiento turístico, Manifestó un integrante de la unidad de Bosque y Vida Silvestre de la zona 6 del Ministerio de Ambiente.
Dos días les tomó a los bomberos, guardaparques, obreros de la Dirección de Riesgos y comuneros controlar el incendio en Cancán. Mientras, otras emergencias eran atendidas en Santa María de El Vergel y El Salado de Sinincay.
El saldo de este incendio fue la destrucción de 20 hectáreas de pajonal y remanente de Bosque, ya que este fue uno de los incendios más grandes de los 35 registrados en este mes, según el Ecu-911 de estos 35 incendios 27 sucedieron en Cuenca.