Según el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. «No hay registros de huracanes ni siquiera cercanos a esta intensidad en esta parte de México».
El pasado miércoles 24 de octubre, las autoridades cancelaron las clases en todos los niveles a pesar de que “Otis” se debilitó al tocar tierra en el estado de Guerrero, en el sur de México, sin embargo, sigue siendo un huracán peligroso, según el pronóstico más reciente del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
En tan solo 24 horas el huracán pasó de «tormenta tropical» a categoría 5, los modelos meteorológicos ni siquiera señalaban que la tormenta se convertiría en un huracán, pero se ha convertido en una fuerte amenaza y está a punto de impactar de lleno en Acapulco.
Hasta el momento se registran algunas afectaciones como Inundaciones de edificios con cristales rotos y objetos disparados por el aire a causa del viento huracanado, son algunos efectos del huracán, categorizado como «potencialmente catastrófico», que ha azotado la turística ciudad, sin que se hayan reportado víctimas.
Además, ya se habla de cortes de luz e internet, el presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió de que la comunicación «se perdió por completo» en la zona afectada por el huracán Otis, reconoció que por el momento “no hay posibilidades» de volar por las condiciones climáticas, por lo que no confirmó su asistencia a la zona. El fenómeno registró vientos máximos sostenidos de 175 kilómetros por hora, rachas de 195 kilómetros por hora y un desplazamiento hacia el noroeste a 17 kilómetros por hora, siendo uno de los ciclones más potentes de la historia del Pacífico.