El presidente Daniel Noboa viajará este martes a Cali, Colombia, para asistir a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16) en su segmento de autoridades de alto nivel, con el objetivo de tratar la crisis energética que enfrenta Ecuador y la posible reactivación del suministro eléctrico proveniente de Colombia.
A través de un decreto, Noboa anunció que realizará un viaje de ida y vuelta el mismo día, acompañado por las ministras de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, Gabriela Sommerfeld, y de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, Inés Manzano, quien actualmente también ocupa interinamente el cargo de ministra de Energía y Minas. En la delegación ecuatoriana también estará José Julio Neira, secretario de Integridad Pública de la Presidencia.
Durante su visita a Colombia, las autoridades de Ecuador esperan dialogar con sus homólogos colombianos para evaluar la posibilidad de reanudar la importación de electricidad, suspendida desde fines de septiembre debido a la falta de excedentes energéticos en el sistema colombiano.
Ecuador ha sufrido desde mediados de septiembre apagones programados diarios, que en ocasiones alcanzan hasta catorce horas distribuidas en diferentes franjas horarias. Ayer, sin embargo, el aumento del caudal del río Coca, que alcanzó los 453 metros cúbicos por segundo, permitió que el Operador Nacional de Electricidad (CENACE) redujera la duración de los cortes de luz.
Actualmente, Ecuador enfrenta un déficit aproximado de 1.000 megavatios para cubrir la demanda nacional, ya que su matriz energética depende en más de un 70 % de centrales hidroeléctricas afectadas por una sequía que el Gobierno ha descrito como la peor en 60 años. La seguridad energética del país depende principalmente del embalse de Mazar, el segundo más grande de Ecuador, que abastece un complejo de tres centrales hidroeléctricas en el río Paute con una capacidad conjunta de más de 1.700 megavatios. También depende de Coca Codo Sinclair, la mayor central hidroeléctrica del país, con una capacidad de hasta 1.500 megavatios, cuyo funcionamiento depende completamente del caudal del río Coca.