Desde el 23 de septiembre de 2024, Ecuador ha estado enfrentando cortes de luz que han afectado gravemente la productividad laboral y el funcionamiento de las empresas. Un estudio realizado por Multitrabajos revela que el 96% de las organizaciones en el país ha experimentado una disminución en su productividad debido a estos apagones. Los trabajadores se han visto obligados a ajustar sus horarios y, en muchos casos, a invertir en generadores eléctricos para poder continuar con sus labores diarias.
El impacto de los cortes de luz no solo se refleja en la productividad, sino también en el bienestar emocional de los empleados. Según el informe, el 91% de los trabajadores siente que su rendimiento se ha visto afectado negativamente. Un 38% de los encuestados reporta sentirse estresado, mientras que un 27% experimenta angustia. Estos datos indican que un 87% de los empleados perciben emociones negativas como resultado de las interrupciones eléctricas, lo que resalta la gravedad de la situación.
Ante esta crisis, muchas empresas han tomado medidas para mitigar el impacto de los apagones. Un 42% de las organizaciones ha optado por adquirir generadores de energía, mientras que un 31% ya contaba con este tipo de equipos. Además, un 19% ha modificado sus horarios laborales para adaptarse a los cortes programados. Sin embargo, un 4% de las empresas no ha implementado ninguna estrategia concreta para enfrentar esta crisis, lo que podría agravar aún más la situación.
La preocupación por el futuro es palpable entre los especialistas en recursos humanos. El viceministro de Electricidad, Fabián Calero, ha indicado que los cortes de luz podrían extenderse hasta diciembre de 2024, aunque no se puede prever la duración exacta de cada interrupción. El 50% de los expertos consultados por Multitrabajos expresa incertidumbre sobre cómo se resolverá la crisis energética y su efecto en la competitividad empresarial. Solo un 27% se muestra optimista, mientras que un 23% considera que los problemas persistirán.
La crisis eléctrica en Ecuador está teniendo un impacto profundo en la economía y el bienestar de los trabajadores. La combinación de la disminución de la productividad y el aumento del estrés laboral plantea serios desafíos para las empresas y sus empleados. A medida que la situación evoluciona, será crucial que tanto las organizaciones como el gobierno encuentren soluciones efectivas para mitigar estos efectos y restaurar la estabilidad en el entorno laboral.
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