La organización de la XXIX Cumbre Iberoamericana de Cuenca, celebrada el 14 y 15 de noviembre, tuvo un costo aproximado de 400.000 USD. Este monto cubrió diversos gastos, como los almuerzos para los delegados, el transporte y el equipo de amplificación para los eventos. Sin embargo, los costos no incluyeron hospedaje ni seguridad, que fueron gestionados de forma separada.
Aunque la cumbre contó con la presencia de solo dos presidentes, se asignaron recursos significativos para ofrecer servicios VIP, incluidos almuerzos de 140 USD por persona y obsequios exclusivos. La logística también incluyó vehículos de lujo para el transporte de las delegaciones, así como estaciones de bebidas y otros servicios para el confort de los asistentes.
El evento se llevó a cabo en un contexto que priorizó la seguridad y comodidad de los participantes. La organización aseguró que, a pesar de los elevados costos, la cumbre representaba una inversión estratégica para la ciudad y el país.
A pesar de que el encuentro fue de menor escala en cuanto a la asistencia presidencial, su organización implicó una significativa movilización de recursos y personal. Los organizadores destacaron la importancia de que la cumbre se haya realizado con un alto nivel de preparación.
El gasto de 400.000 USD se justifica, según las autoridades, en la relevancia del evento, que permitió fortalecer los lazos entre los países iberoamericanos. No obstante, algunos sectores han cuestionado si dicho monto fue bien invertido, dado que la asistencia de los presidentes fue limitada.
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