En Quito, cientos de ciudadanos protagonizaron una movilización en rechazo al gobierno de Daniel Noboa. Las manifestaciones surgieron como respuesta a problemas como los cortes eléctricos prolongados, el desempleo y la ausencia de soluciones eficaces a las demandas sociales. Los participantes expresaron su malestar por el aumento del costo de vida, denunciando una gestión que consideran insuficiente para atender las necesidades de la población.
La marcha, encabezada por diversos colectivos, avanzó con el lema «Queremos soluciones, no apagones». Las consignas reflejaron la indignación popular frente a la crisis energética y económica que afecta el país. La movilización recorrió puntos clave de la ciudad, culminando en el Centro Histórico, donde se vivieron momentos de alta tensión.
Además, la protesta coincidió con la conmemoración de la masacre obrera en 1922, un evento significativo en la historia de las luchas laborales en Ecuador. Los manifestantes destacaron la importancia de recordar estos episodios como inspiración para continuar exigiendo derechos y mejores condiciones de vida.
Durante el recorrido, los ciudadanos expresaron su rechazo a las políticas actuales del gobierno y cuestionaron su capacidad para manejar las crisis. La movilización se llevó a cabo en un ambiente cargado de frustración y exigencias de mayor transparencia y compromiso por parte de las autoridades.
El evento no estuvo exento de enfrentamientos, ya que la presencia policial generó momentos de conflicto en ciertas áreas. Varias personas fueron detenidas, lo que intensificó las críticas hacia la respuesta de las fuerzas del orden frente a manifestaciones pacíficas.
En conclusión, la protesta no solo evidenció el descontento social ante la actual administración, sino que también subrayó el agotamiento de la población frente a los problemas estructurales del país. La marcha se suma a una creciente presión social que demanda cambios concretos y respuestas efectivas a las problemáticas nacionales.
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