La vicepresidenta suspendida de Ecuador, Verónica Abad, regresó al país manifestando su felicidad por volver y su intención de enfrentar las circunstancias adversas. Denunció haber sido obligada a permanecer en un hotel en Ankara, Turquía, sin poder expresarse públicamente, y aseguró que su retorno fue financiado por ella misma como un gesto de resistencia frente a las acciones que considera injustas.
Abad criticó la falta de medidas cautelares tras su suspensión mediante un sumario administrativo y resaltó que espera el fallo de una acción de protección que podría frenar este proceso. Calificó su suspensión como una “ruptura constitucional” que, según ella, atenta contra el orden democrático, lo que la motivó a regresar de manera urgente.
Además, hizo un llamado a la ciudadanía ecuatoriana para unirse frente a lo que describe como atropellos a sus derechos y a los principios de la Constitución. Considera que la actual situación demanda unidad nacional para enfrentar estos desafíos y proteger la institucionalidad del país.
Abad enfatizó que su postura y regreso son señales claras de su compromiso con la transparencia y la defensa de su rol como vicepresidenta, buscando revertir las decisiones en su contra y reivindicar sus funciones.
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