La misión del enviado especial de Estados Unidos, Richard Grenell, a Venezuela tiene como objetivo principal lograr que el país acepte vuelos de deportación de migrantes indocumentados. La Casa Blanca ha confirmado que, a pesar de esta visita, el presidente Donald Trump no reconoce a Nicolás Maduro como el presidente legítimo de Venezuela.
En una rueda de prensa, Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, fue cuestionada sobre si la presencia de Grenell en Venezuela implicaba el reconocimiento de Maduro como presidente, tras su juramento para un tercer mandato el pasado 10 de enero. La respuesta fue clara: «Absolutamente no», subrayó Leavitt.
La portavoz también enfatizó que la misión de Grenell no tiene como fin el reconocimiento de Maduro, sino la búsqueda de soluciones prácticas, como el establecimiento de vuelos para la deportación de migrantes y la liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela. Esta acción se enmarca en un contexto de relaciones diplomáticas rotas desde 2019, cuando EE. UU. rompió lazos oficiales con el gobierno venezolano.
La Administración Trump había enfrentado complicaciones para deportar a venezolanos debido a la ruptura de relaciones, y aunque la administración de Joe Biden reanudó brevemente los vuelos de deportación en 2022, estos se suspendieron nuevamente en 2023. En cuanto a los estadounidenses detenidos, se sabe que al menos ocho ciudadanos de EE. UU. están en prisión en Venezuela, aunque el gobierno de Trump no ha revelado más detalles sobre sus identidades.