El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado al Pentágono y al Comando Sur que elaboren planes militares para asegurar el control del Canal de Panamá. Esta decisión se debe a la preocupación por la creciente presencia de China en la región, en particular su influencia en puertos destacados que podrían afectar el comercio mundial y los intereses estratégicos de Estados Unidos.
Se ha ordenado a los oficiales militares que exploren diferentes estrategias, incluyendo la cooperación con las fuerzas panameñas, para garantizar el paso libre y seguro por el canal. Esta medida forma parte de un enfoque más amplio de seguridad nacional centrado en contrarrestar la influencia extranjera en rutas marítimas críticas.
El Canal de Panamá, que estuvo bajo control estadounidense hasta su entrega a Panamá en 1999, se ha convertido en un foco de tensión geopolítica. La presencia de empresas con respaldo chino que gestionan puertos en ambos extremos del canal ha generado alarma en Washington sobre posibles riesgos para la seguridad.
En respuesta, los legisladores estadounidenses han debatido las implicaciones de la participación de China en las operaciones del canal. Una reciente audiencia en el Senado destacó la preocupación bipartidista por la protección de los intereses comerciales de Estados Unidos y la reevaluación de las políticas para proteger las rutas de suministro globales vitales.
La situación marca otro punto álgido en las relaciones entre Estados Unidos y China, con el Canal de Panamá en el centro de una lucha más amplia por el dominio económico y geopolítico. La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos a medida que las tensiones sobre las rutas comerciales globales siguen aumentando.